La Asociación de Bancos del Perú (Asbanc) advirtió que los retos pendientes del sector siguen respondiendo a “deficiencias estructurales nacionales”, que requieren un trabajo consensuado entre el sector público y privado.
Entre los problemas para la banca peruana están los elevados niveles de pobreza e informalidad, el déficit de garantías, los altos costos de transacción como consecuencia de la insuficiente infraestructura vial y de comunicaciones, y una baja educación y penetración financiera.
“El potencial de nuestro país y de nuestra banca es enorme, por lo que debe trabajarse en conjunto y rápido para alcanzarlo. Existe aún mucho trabajo por hacer para superar los obstáculos aún presentes, y que deben ser afrontados en equipo por los sectores público y privado”, recomendó.
Asbanc planteó estos desafíos para el futuro, luego de una mirada retrospectiva sobre lo avanzado por la banca. Y así la resumió: “La evolución del sistema bancario peruano desde 1990 la podemos dividir en tres etapas bien marcadas: una primera de expansión hasta 1997; luego una fase de recesión y ajustes desde 1998 al 2003; y finalmente un periodo de crecimiento hasta el 2014, aunque con una ligera desaceleración en el año 2009 a raíz de la crisis financiera internacional”.