(Bloomberg) La demanda de megamansiones y penthouses se ha acelerado en tanto compradores acaudalados buscan refugio para su dinero y se vuelcan a inversiones alternativas como arte y bienes raíces de colección, según un informe del jueves de Christie’s International Real Estate, propiedad de la casa de subastas Christie’s.
Cinco viviendas se vendieron el año pasado en más de US$ 100 millones, y hay por lo menos otras 20 en el mercado con precios de nueve dígitos, dijo la compañía .
“Hay más de 1.800 multimillonarios que comienzan a convertirse en miembros de ese club de coleccionistas de los bienes raíces más extraordinarios e increíbles del mundo”, dijo en entrevista telefónica Dan Conn, máximo responsable ejecutivo de Christie’s International Real Estate. “Es algo que tendrán toda la vida, así como conservan un Picasso, un Warhol o cualquiera de las grandes obras de arte que hemos vendido en el transcurso de los años”.
Es probable que las ventas aumenten este año debido a propiedades de construcción más reciente y a viviendas que se negocian fuera del mercado en por lo menos US$ 100 millones, dijo Conn.
La demanda crece entre estadounidenses y europeos ricos; multimillonarios de economías inestables como Rusia y los países de Medio Oriente, y compradores de China continental, que antes de 2012 tenían prohibido invertir en el exterior y que desde entonces han adquirido casas en ciudades como Hong Kong, Los Ángeles, Nueva York y Londres, dijo.
Trofeos para exhibir
“La gente quiere casas que sean trofeos”, dijo Eyal Ofer, un magnate naviero e inmobiliario que reside en Mónaco, en una entrevista de esta semana en la Conferencia Global del Instituto Milken en Beverly Hills, California. “Son un bien escaso, y son mejores que el oro porque se las puede exhibir”.
Las ventas del año pasado de viviendas de por lo menos US$ 100 millones estuvieron encabezadas por una propiedad de East Hampton, Nueva York, que compró por US$ 147 millones Barry Rosenstein, socio gerente del fondo de cobertura Jana Partners.
Las otras grandes ventas fueron una mansión de US$ 146 millones en Saint-Jean-Cap-Ferrat, Francia; una propiedad de US$ 120 millones en Greenwich, Connecticut; una residencia de US$ 104 millones en Hong Kong, y un penthouse dúplex de US$ 100.5 millones en la torre One57 de Nueva York, según Christie’s.
No todas las propiedades se vendieron al precio original. La de Greenwich que se vendió en US$120 millones tenía un precio de venta de US$ 190 millones.
En 2013 sólo una vivienda superó los US$ 100 millones, mientras que lo hicieron cuatro en 2012 y tres en 2011, informó Christie’s.