(Bloomberg) Excepto por su boda, ¿cuándo más podría usted agrupar a todos sus seres queridos bajo el mismo techo, con un bar abierto, para celebrar y brindar y reírse hasta altas horas de la madrugada?
La mayoría de las personas dirían: ” jamás”. Pero algunos conocedores del sector de viajes discrepan.
“Los estadounidenses ahora quieren reunirse y celebrar, sea una graduación, o un cumpleaños, o una boda”, dijo Frederik Vidal, gerente general de Las Ventanas, de Rosewood, un complejo turístico de cinco estrellas en Los Cabos, México. “Se agarrarán de cualquier razón para hacer una fiesta”. Y al decir hacer una fiesta, es literalmente ello, y alquilar la totalidad del lugar.
No es el único que nota un repunte en el alquiler completo de complejos turísticos para fiestas de cumpleaños entre los súper ricos. Jumby Bay, otro centro de Rosewood Resort, éste en Antigua, fue alquilado en 2015 en forma completa para el doble de la cantidad de cumpleaños que en 2014, y va camino a superar ese número en 2016. Los alquileres completos para cumpleaños en Mayflower Grace, en Connecticut, se han cuadruplicado en los últimos dos años, y está lanzando paquetes de spas para los invitados celebrados para animar a que continúe ese crecimiento. En Lodge at Glendorn, en Pensilvania, los alquileres completos para cumpleaños han costado hasta US$200.000. La mayoría de estas propiedades registran un negocio de cumpleaños tan robusto que está desplazando por completo las bodas.
Para Jack Ezon, experto del sector y especialista de viajes de Ovation Vacations, las grandes fiestas de cumpleaños son “el mercado de mayor crecimiento”. Entre las fiestas que organizó hubo un espectáculo de US$3,5 millones en Londres que abarcó la totalidad del Claridge e incluyó eventos privados en el Palacio de Buckingham y Spencer House. Llevó a disk jockeys en avión a islas privadas en el Caribe, estableció competencias familiares de estilo olímpico, fletó yates y envió grupos a safaris de cumpleaños.
Ezon estima que organiza 50 de tales fiestas al año, un quinto de ellas a un costo de más de más de un millón. Y si bien no lo planeó, dijo que el más grande evento del que enteró fue una fiesta de cumpleaños de 60 años de Philip Green, presidente de Arcadia Group; habría costado de US$5 millones a US$6 millones, se celebró en Rosewood Mayakoba (en la Riviera Maya) que incluyó actuaciones en vivo de Stevie Wonder.
En Las Ventanas—una aldea de estilo sensual de casitas blanqueadas de adobe sobre el Mar de Cortés—los alquileres completos de cumpleaños pueden variar en magnitud. Con frecuencia, Vidal ve grupos de 10 o 12 personas que toman un bloque de suites o villas, generalmente por un total de US$ 30,000 por día. Una vez reservó las 84 suites y villas de la propiedad para el cumpleaños de un muchacho, un hombre de Texas que claramente creía en la consigna de su estado de hacerlo todo más grande. Su grupo, dijo Vidal, se quedó por un fin de semana de tres noches, a un costo que probablemente rondó las siete cifras.
Si bien Vidal dice que “no hay límite” a lo que se puede gastar, cree firmemente en que estas fiestas no pretenden ser ostentosas.
“Se trata menos de hacer alarde”, dijo, “y más acerca de reunir a la gente”. Dijo que los celebrantes mayores usan los cumpleaños como una excusa para reunir toda la familia; los huéspedes más jóvenes reemplazan parientes por amigos que están desperdigados por el país la mayor parte del año.