(Bloomberg) A primera vista, resulta difícil encontrar algo nuevo de qué preocuparse, ya sea por el banco o por el sector en general, en el informe de resultados del segundo trimestre de JPMorgan.
La mayoría de los números importantes superaron las previsiones, aunque estas últimas caían como locas antes del reporte cuando la perspectiva de las tasas de interés de este año se fue de “baja por no mucho tiempo” a “baja nadie sabe hasta cuándo, quizá por siempre”. Aun así, el crecimiento de los préstamos era robusto y las tendencias de calidad crediticia parecían mantenerse fuertes. La amarga deuda de las tarjetas de crédito se elevó desde niveles extremadamente bajos, aunque las hipotecas siguieron mejorando y en general la proporción entre reservas para pérdidas por préstamos y cancelaciones netas se mantuvo cerca de 200%.
En las mesas de operaciones, los ingresos de los mercados aumentaron un 23% a US$ 5,600 millones, y la renta fija creció a un enorme 35%. Uno podría decir que esto fue, en su mayoría, el resultado de un frenesí de operaciones inducidas por el Brexit y que se convirtió en el amuleto para la buena vibra colectiva de los operadores de bonos. Pero quién sabe, quizá Wall Street será bendecido de nuevo con algún otro apocalipsis geopolítico que haga que los fatalistas adviertan sobre un daño devastador a la economía mundial. ¡Cruce los dedos!
Pero si usted no puede simplemente disfrutar de un rayo de luz sin ver la nube, entonces debe dirigir la mirada a los inmuebles comerciales. Ahí encontrará algunas de las tasas con el crecimiento más espectacular de este informe. Los préstamos para ese segmento aumentaron 35% a US$ 19,200 millones, y el máximo responsable Jamie Dimon felicitó a la empresa por ayudar a un crecimiento básico de los préstamos de un 16%.
¿Qué, dígame usted, tiene de malo el crecimiento robusto? Bueno, quizá nada --por ahora. Pero con la actual expansión económica, la cual está entrando a su tercera edad en comparación a ciclos previos, se está poniendo demasiada atención en especular la fase en la que se encuentra el boom del sector de inmuebles comerciales.
Aquí una buena lectura de las razones por las cuales hay que ser cautelosos por parte de la ex asesora del Banco de la Reserva Federal de Dallas, Danielle DiMartino Booth, quien se ha convertido en una de las editorialistas más elocuentes en las políticas del banco central. Y aquí también está la explicación de Tracy Alloway de por qué existe la preocupación de que los bancos no podrán financiar los US$400.000 millones en préstamos para bienes raíces comerciales que necesitan ser refinanciados en 2017, y otras preocupaciones sobre este sector.
Cuando se le preguntó en conferencia telefónica sobre la preocupación de que la cartera del sector inmobiliario comercial estuviera “creciendo como hierba”, la directora financiera Marianne Lake respondió: “creciendo como un girasol, no como hierba”. Y agregó que el banco se ha enfocado en regiones y productos considerados como los más seguros, está siendo “muy, muy cuidadoso” y ofreciendo a los prestatarios “créditos de muy buena calidad”.
Por supuesto, esto debería ser archivado dentro del segmento del “sector en general” en lugar del de JPMorgan específicamente en la lista de preocupaciones porque incluso en medio de ese robusto crecimiento, los créditos de bienes raíces son solo unas cuantas gotas dentro del gran cubo de préstamos para ese banco. Y claramente, como JP Morgan dirige el baile en la fiesta actual de riesgos de mercado, nadie parece estar enfocado en la lista de preocupaciones.
Sin embargo, sea aún muy temprano o no, prepárese para que el sector inmobiliario comercial se convierta en el aguafiestas de los mercados financieros.
Esta columna no necesariamente refleja la opinión de Bloomberg LP y sus propietarios