(Bloomberg).- Los intentos de Peter Rees de formar una asociación de consorcistas luego de mudarse a la torre de apartamentos Heron de la City de Londres se vieron frustrados por un importante obstáculo: no pudo encontrar a ninguno de sus vecinos.
“Descubrimos lo difícil que es rastrear a propietarios que no habían puesto un pie en sus apartamentos”, dijo Rees, ex funcionario de planeamiento de la City de Londres que posee un apartamento en la torre de 284 viviendas que se terminó en 2013. “Son desconocidos o inhallables”.
El fenómeno conocido como “comprar para partir” que hace que algunos inversores ni siquiera se molesten en recoger las llaves de sus propiedades se ha convertido en un tema de la campaña para las elecciones nacionales del 7 de mayo, en tanto más de 460,000 viviendas británicas están desocupadas.
Tessa Jowell, ex legisladora laborista y favorita en las apuestas para reemplazar al alcalde conservador Boris Johnson cuando deje su cargo en 2016, ha hecho de las sanciones por dejar las propiedades vacías un punto fundamental de su campaña.
En una entrevista con LBC Radio, Johnson el año pasado exhortó a los consejos de los municipios de Londres a que “castiguen” con impuestos a los propietarios que dejan que sus viviendas permanezcan vacías por más de un año.
“Los inversores extranjeros acaudalados están comprando viviendas en Londres para dejarlas vacías como activos que se van a apreciar más que como casas en donde vivir, mientras que centenares de miles de londinenses deben habitar viviendas temporales o quedan años en listas de espera de viviendas”, dijo Jowell, que representó a un distrito de la capital durante 23 años. “Tenemos urgente necesidad de dar a los consejos fuertes facultades para castigar a aquellos que dejan sus viviendas vacías”.
Charlotee Palmer, portavoz de Heron, dijo que todos los dueños de apartamentos menos uno habían recogido las llaves de sus unidades.
Compradores extranjeros
Alrededor del 44% del total de compradores de viviendas existentes en la zona de primer nivel del centro de Londres que las adquirieron en el cuarto trimestre del año pasado eran originalmente del exterior, según la agencia inmobiliaria Strutt Parker LLP.
En ese lapso, se vendieron 700 viviendas, lo que representa una caída de casi un tercio respecto de un año antes, informó la inmobiliaria.
Los desarrolladores buscan atraer a los compradores extranjeros, que prefieren los apartamentos, con proyectos de gran altura y alto volumen, en particular en el este de Londres.
En Greenwich Peninsula, sobre la margen sur del Támesis frente a Canary Wharf, las constructoras tienen autorización para edificar más de 13.000 propiedades, según Knight Frank LLP. En todo Londres hay planeados o en construcción 192 edificios de veinte pisos o más.
El gobierno británico este mes creó un impuesto a los futuros aumentos de capital generados por apartamentos y casas que sean propiedad de inversores con sede en el extranjero.
“No me importa de dónde viene el dinero pero sí me molesta que se desperdicien buenos terrenos que son escasos en Londres para crear edificios que sólo tienen fines de inversión”, dijo Rees. “Son cajas vacías en el paisaje de la ciudad”.