La Municipalidad de Miraflores ha implementado, a través de ordenanzas, un sistema para evitar que empresas inmobiliarias destruyan casonas y construyan departamentos en esas zonas con valor urbanístico.
Arístides Sotolongo es uno de los once beneficiarios de esta norma. Compró hace 16 años una casa en la emblemática Quinta Prado. Su vivienda le costó US$ 48,000 y ahora está valorizada en US$ 300,000.
En esos 16 años como residente miraflorino, Sotolongo ha recibido innumerables veces ofertas para comprarle su casa y, junto a sus vecinos, han recibido tres propuestas de empresas constructoras que quieren adquirir toda la quinta.
“La ordenanza ha sido una bendición porque me permite quedarme aquí sin preocupación. Uno ve lo que se está levantando alrededor y a mí me da una tranquilidad única (…) Al hacer esto, nos garantiza a nosotros, primero, vivir acá, también nos da la oportunidad de ganar algo como todo el mundo alrededor”, señaló Arístides.
El vecino recibió un certificado de 800 metros cuadrados que puede vender a más de una empresa inmobiliaria. Hasta ahora, cuenta con una lista de diez compañías interesadas.
“Estoy en proceso (de venta del certificado). No va a ver problema porque hay mucho interés. Todo el mundo está esperando a ver qué pasa conmigo. Le aseguro que el día que yo venda, cuatro vecinos míos van a presentar sus papeles a la Municipalidad”, indicó.