(Bloomberg).- En Las Vegas, todo gira en torno a los casinos. Si usted come en un restaurante de elite, pasará por una serie aparentemente interminable de tragamonedas antes de sentarse en una mesa blanca con manteles de tela.

Lo mismo vale para el viajero de negocios y el discotequero; lo más probable es que uno pase días y noche en interiores.

En cambio, Vancouver es famosa por su vibrante estilo de vida al aire libre. Barcos y bicicletas son modos estándar de transporte. La mayoría de los destinos más populares de la ciudad, como el Stanley Park o el puente colgante sobre el río Capilano, son espectáculos al aire libre.

Es por eso que a primera vista, Parq Vancouver parece una propuesta insólita. El proyecto de US$ 490 millones (643 millones de dólares canadienses) es una idea de Paragon Gaming Holding Co., una empresa de capital cerrado dueña del Hard Rock en el lago Tahoe, que supervisó la expansión de propiedades esenciales de Las Vegas como el Excalibur y el Luxor.

En cambio, el juego tiene poca presencia en Vancouver: cuando Paragon propuso abrir un gran casino en su centro, en el 2010, no muy lejos del Edgewater Casino, tiraron abajo el plan —en parte gracias a un grupo con el apropiado nombre de Vancouver Not Vegas— y se impuso una moratoria al crecimiento de los casinos.

Lo que nos lleva a Parq, en el centro de Vancouver. Es el proyecto privado más grande de la Columbia Británica: una propiedad de 65,000 metros cuadrados con 517 cuartos de hotel, ocho restaurantes y bares (pronto hablaremos de todo eso), 600 tragamonedas, 75 mesas de apuestas y un piso de apuestas de límite alto con 11 salones privados de lujo.

Apuestas en Vancouver
La propiedad no será un casino al estilo de Las Vegas. Forma parte de la ola de hoteles nuevos y grandes pensados para viajeros de negocios como el Ned de Londres, con muchas opciones para comer de primera calidad.

Parq tiene 5,570 metros cuadrados de espacio para reuniones, con terrazas al aire libre, vistas de la ciudad, receptáculos para reuniones con muebles residenciales y el salón de baile más grande de un hotel en Vancouver en su cuarto piso.

El sexto está dedicado a un parque aéreo abierto de 2,790 metros cuadrados, regado con cientos de pinos locales en un guiño al amor de la ciudad por la naturaleza. El segundo tiene una entrada que lleva directamente al cercano estadio BC Place, donde recientemente U2 comenzó la gira Joshua Tree. Es el primer casino en la Columba Británica donde entra la luz natural.

Después están los restaurantes, concebidos por Elizabeth Blau y Kim Canteenwalla, dos dueños de restaurantes nominados por la Fundación James Beard en Las Vegas. El más notable es 1886, un palacio de especialidades chinas.

“Queremos crear uno de los destinos en materia de restaurantes chinos en Norteamérica”, dijo Blau por e-mail (en el Wynn Las Vegas, Blau ayudó a crear Wing Lei, el primer restaurante chino con estrellas Michelin en Estados Unidos).

“Si bien existen algunos restaurantes chinos gourmet, la mayoría se concentra en especialidades cantonesas o shanghainesas. Queremos celebrar regiones menos conocidas, especialmente en el Norte de China”.

Blau traerá a chefs especializados para dirigir los programas de dim sum y fideos. Como los frutos de mar vivos son fundamentales para la cocina gourmet china, un tanque grande de agua salada exhibirá especies de la Columbia Británica y peces y mariscos internacionales.

Los apostadores de límite alto podrán pedir que les traigan pedidos a salones y mesas privados las 24 horas del día.

Uno de los que hinchan por Parq es Dave Gazley, vicepresidente de Tourism Vancouver. Él observó que es necesario: Vancouver no registra grandes proyectos hoteleros desde los Juegos Olímpicos del 2010, pese al crecimiento sin precedentes del turismo en los últimos años.

Más de 10 millones de personas visitaron la ciudad en el 2016, la cifra más alta de su historia. “No tenemos suficientes habitaciones de hotel en Vancouver hoy”, dijo Gazley. “Especialmente en verano”.