Washington (Reuters).- Las ventas de casas usadas en Estados Unidos subieron en julio a su nivel más alto en más de tres años, sugiriendo que un fuerte aumento en el costo del endeudamiento está teniendo apenas un impacto limitado en la recuperación del mercado de la vivienda.
La Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios (NAR, por su sigla en inglés) dijo que las ventas de casas usadas subieron un 6.5% en julio, a una tasa anualizada de 5.39 millones de unidades.
El resultado superó ampliamente las expectativas del mercado y representa el mayor ritmo de ventas desde noviembre del 2009, cuando expiraba un crédito para impuestos a los compradores de viviendas.
Tras ser devastado por la crisis financiera y la recesión del 2007-2009, el mercado inmobiliario de Estados Unidos pareció empezar a recuperarse a comienzos del año pasado, ayudado por la sostenida creación de empleo y las bajísimas tasas de interés. “La actual recuperación del mercado de viviendas tiene una sólida base”, dijo Lawrence Yun, economista jefe de la NAR.
En julio los compradores de viviendas parecieron inmunesa un reciente aumento de las tasas de préstamo. De hecho, Yun cree que algunos compradores podrían haberse apresurado para evitar nuevos aumentos, que son ampliamente esperados.
Los bancos han elevado sus tasas ante las expectativas de una aceleración de la economía de Estados Unidos y previendo que la Reserva Federal ajuste la política monetaria. Desde comienzos de mayo las tasas hipotecarias han subido más de un punto porcentual para los préstamos a 30 años.
La semana pasada, la tasa hipotecaria promedio a 30 años subió 12 puntos básicos a un 4.68%, según cifras publicadas el miércoles por la Asociación de Banqueros Hipotercarios.
Economistas consultados por Reuters pronosticaban un alza a un ritmo de 5.15 millones de unidades en julio. Las ventas aumentaron en las cuatro principales regiones de Estados Unidos.
La recuperación del mercado inmobiliario, ilustrada por un aumento de precios y una reducción de los inventarios, está ayudando a apuntalar la economía, fortaleciendo las finanzas de los hogares y el gasto de los consumidores.
El precio promedio de una casa de segunda mano se disparó un 13.7% en comparación con el año pasado, hasta 213,500 dólares. El inventario de casas sin vender en el mercado aumentó un 5.6%.