El mecanismo anglosajón está estrechamente visto por las AFP, las cajas de compensación y las compañías de seguro que analizan su funcionamiento que permite a un propietario de una vivienda recibir flujos de dinero mensual a costa de ella, manteniendo el derecho a vivir en esa casa de manera vitalicia.
Una persona en edad de jubilar entrega la propiedad de su vivienda a una entidad financiera -banco o compañía de seguros, por ejemplo-, a cambio de un flujo de dinero mensual hasta que fallece.
Recién en ese minuto, la entidad financiera puede disponer de la vivienda, salvo que los herederos estén dispuestos a recuperarla a través de un proceso de refinanciamiento, señala el diario El Mercurio.
¿La principal dificultad para implementarlo? Generar los mecanismos para que los herederos den consentimiento a la hipoteca y, segundo, cuidar que los jubilados obtendrán un precio justo por sus viviendas.
Alcance global
Países como Estados Unidos aplican este sistema desde fines de los años ochenta, donde más de 120,000 pensionados han suscrito este tipo de contratos; y Reino Unido, con una cobertura de 124,842 beneficiarios.
En cuanto a su implementación en China (desde este año) promete su despegue definitivo. Esto, porque según cifras del gobierno chino, hacia 2025 habrá 300 millones de habitantes mayores de 65 años en ese país.
Impulso chileno
En Chile la vivienda es el principal activo de la mayoría de personas: representa hasta el 52% de los bienes de las personas en edad de jubilar que están afiliadas al sistema previsional y hasta el 99% del patrimonio de los que no ahorran para su pensión señala un artículo del diario El Mercurio.
Además, el 82% de los hogares donde el jefe de familia tiene entre 60 y 65 años tiene su casa completamente pagada, según cifras de la Superintendencia de Seguridad Social.
La otra cara de la medalla es la falta de liquidez : el ahorro financiero (instrumentos líquidos) de esa misma población equivale apenas al 4% de su patrimonio total, señala el diario El Mercurio.
El BBVA Research realizó a principios de 2013 una investigación para medir el impacto que tendrían en Chile las hipotecas revertidas en el caso de las personas que jubilarán en 2050. Se simuló la situación de un hombre que comienza a ahorrar a los 25 años, que jubila a los 65, que tiene un salario de US$ 2.255 ($1,2 millones) y que, en ese período, alcanza una densidad de cotización de 80%.