Alicia Silva no hace trampa. Cuando se le pregunta si alguna vez se cansa del reciclaje y acaba echando un papel al tacho de plásticos, ella niega con rotundidad.
“No, al contrario, soy un poco pesadita con eso porque considero que es nuestra responsabilidad y que ya no tenemos mucho tiempo para ayudar al planeta”. De hecho, cuando empezó su carrera se fue planteando ese dilema: construir o planear bien su primer proyecto.
Decisiones
“Me demoré mucho en construir mi primer edificio, porque sentí que si mi tesis de carrera estaba enfocada en el tema verde, no podía empezar levantando un edificio corporativo inteligente lleno de tecnología ”, explica Silva.
Esta mexicana no cree que los empresarios sean el enemigo. “Ellos no tienen por qué ser los salvadores del planeta, esa no es la idea”, precisa la experta.
Para la arquitecta , existen muchos lugares comunes en la construcción verde, como sus costos. “Obtener una certificación LEED hace que el proyecto cueste un 6% más”.
En Lima
La certificación LEED (Liderazgo en Energía y Diseño Medioambiental) es otorgada por un ente independiente del estudio de Alicia y es uno de los sellos más exigentes del mercado. Uno que realmente prueba que una construcción ha pensado en el medio ambiente a la hora de levantar su proyecto.
Y a ello se ha abocado en los últimos dos años Alicia y su equipo de Revitaliza Consultores en suelo peruano: la planta de Trujillo de la Corporación Lindley es la primera de su sector en inaugurarse con una certificación LEED en nivel Oro.
“No ha sido fácil porque todas las bases están pensadas para edificios no para plantas. Es uno de los proyectos que más me han costado y uno de los que más orgullo me dan”.
Y es que su arquitectura piensa en todo: incluso en las plantas que se colocarán para el ornato. “Si usan mucha agua, por más bonitas que sean, no van”.