(Bloomberg) Automotores Gildemeister, un concesionario de coches nuevos en Chile, dice que se apresta a beneficiarse con la recuperación económica del país. El problema es que antes de que eso ocurra, podría llegar a quedarse sin dinero para pagar a los bonistas.
La compañía con sede en Santiago tiene pagos de deuda por US$ 75 millones que vencen en los próximos tres meses, pero sólo cuenta con US$ 38 millones de efectivo.
Gildemeister, que tiene la concesión para vender autos de Hyundai Motor, ha sido castigado por la caída del peso chileno y la desaceleración económica del país, enfrenta cada vez más dificultades para convencer a los inversores de que tiene la capacidad de mantenerse al día. Sus bonos por US$400 millones con vencimiento en 2021 se negocian actualmente por menos de 40 centavos por dólar. Eso ha llevado su rendimiento hasta más de 30 puntos porcentuales por sobre los bonos del Tesoro estadounidense, tres veces el umbral para títulos considerados en problemas.
“El saldo de caja es muy bajo”, dijo desde Miami Ray Zucaro, director de inversiones en RVX Asset Management. “Estamos en la boca del lobo de la crisis de liquidez”.
Un ejecutivo externo de relaciones públicas dijo por correo electrónico que Gildemeister declinaba hacer declaraciones para este artículo.
El concesionario, que tiene licencias exclusivas para comercializar los vehículos Hyundai en Chile y Perú, dijo el 15 de octubre que su ratio de apalancamiento neto avanzó hasta un récord 24 veces en el segundo trimestre en tanto la menor confianza de los consumidores y las monedas más débiles socavaron la demanda de sus autos. El efectivo disponible de la empresa cayó desde US$ 124 millones hace un año.
El lunes, Moody’s Investors Service rebajó la calificación de Gildemeister un escalón, hasta Caa1, siete niveles por debajo de grado de inversión, y dijo que la situación de caja de la empresa es débil comparada con los vencimientos de deuda venideros.
“Las cifras son terribles”, dijo desde Greenwich, Connecticut, Mariela Anguiano, analista de BCP Securities. “Parece una compañía mal gestionada que se ve aún más obstaculizada por el telón de fondo macroeconómico”.