La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) hicieron un llamado a la industria de alimentos para reducir la sal en sus productos, especialmente los productos para los niños, y a dejar de publicitar productos altos en sal a los niños.
Durante la Semana de Sensibilización sobre la Sal, que se celebra del 16 al 22 de marzo en Washington (Estados Unidos), la OPS y la OMS también instaron a padres y a niños a “limitar la sal oculta”, comiendo platos preparados en el hogar con ingredientes frescos.
“La mayoría de nosotros ni siquiera somos conscientes de la cantidad de sal que comemos”, dijo Branka Legetic, asesora de la OPS/OMS en enfermedades no transmisibles.
Indicó que la mayor parte de la sal que consumimos está oculta en los alimentos procesados, por lo que una parte de la solución es que la industria de alimentos procesados reduzca la sal en sus productos.
“La otra parte es usar menos sal en la cocina y asegurarse de que los niños coman más alimentos frescos preparados en casa”, afirmó.
La especialista señaló que los niños son especialmente vulnerables a la publicidad y el mercadeo, y al mismo tiempo están desarrollando los hábitos alimenticios que influirán en el tipo de dieta que sigan cuando sean adultos.
Aún durante la infancia, el alto consumo de sal tiene un efecto sobre la presión arterial y puede predisponer a los niños a enfermedades tales como la hipertensión, osteoporosis, asma y otras enfermedades respiratorias, obesidad y cáncer de estómago.
Por otro lado, el hecho de que los niños y los adolescentes estén en una etapa de formación también supone una oportunidad.
“El gusto por lo salado es una preferencia adquirida, por lo que —y esto es esencial para la salud— los padres pueden tomar medidas para evitar que los niños desarrollen el gusto por la sal desde un principio” dijo Legetic.
“Si los padres involucran a sus niños en la preparación de las comidas en casa, esto les ayudará aún más a establecer buenos hábitos alimenticios para toda la vida”, indicó.
Los adultos que consumen más de cinco gramos de sal al día (equivalentes a dos gramos de sodio) tienen mayor riesgo de tener presión arterial alta, el principal factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares, así como de insuficiencia renal.
Los lineamientos de la OMS recomiendan ajustar a la baja estos límites para los niños, quienes en general consumen menos calorías diarias que los adultos.
La ingesta media diaria de sal en las Américas es superior a 5 gramos. El rango de consumo abarca desde 8.5 hasta nueve gramos en Canadá, Chile y Estados Unidos a 11 gramos en Brasil y 12 gramos en Argentina.
Desde 2009, la OPS/OMS ha estado encabezando esfuerzos regionales para reducir la sal en la dieta en las Américas, a través de la acción conjunta entre gobiernos, expertos en salud, representantes de la industria y grupos no gubernamentales.