Sony desarrolló una posición dominante en sensores de imagen contribuyendo a que se puedan tomar fotos de alta calidad con teléfonos inteligentes. Ahora la empresa está concentrada en sensores que toman fotos al menos 10 veces más rápido de lo que puede ver el ojo humano.
La compañía está trabajando con Nissan Motor y un profesor de la Universidad de Tokio en tecnología asequible capaz de procesar 1,000 imágenes por segundo. Sería lo bastante rápido como para abrir completamente nuevas aplicaciones para los chips, que en la actualidad se utilizan principalmente para tomar fotos con teléfonos móviles y cámaras. Los sensores de alta velocidad podrían ayudar a los autos sin conductor a evitar peligros del camino o permitir a los robots industriales acelerar la fabricación.
La iniciativa forma parte de la campaña del presidente Kazuo Hirai destinada a transformar a Sony en un proveedor más importante de componentes además de los negocios más destacados de fabricar electrónica para consumo, videojuegos y películas. La compañía está cuadruplicando el gasto en semiconductores este año hasta 290,000 millones de yenes (US$ 2,400 millones) para satisfacer la demanda de sensores de clientes como Apple y Samsung Electronics. “Hasta ahora, Sony se había concentrado en diseñar sensores de imagen que producen fotos bellas”, dijo Shinichi Yoshimura, gerente de Sony a cargo de combinar el hardware y el software para tecnologías emergentes. “Las imágenes para detectar requieren otro tipo de chip, y el problema reside en convertir las tecnologías que hacen fotos lindas a nuevos usos”.
Los sensores de imagen son semiconductores que convierten la luz en bits digitales, que luego pueden almacenarse en la memoria de un teléfono inteligente o ser utilizadas para guiar vehículos automáticos. Fabricarlos requiere grandes inversiones en fábricas, tal como como lo están haciendo Intel para procesadores y Samsung para chips de memoria.
La calidad de la imagen ha impulsado el desarrollo de la industria de sensores de imagen desde que en 1980 Sony montó la primera cámara digital color del mundo en un avión jumbo para transmitir imágenes del aterrizaje y despegue en la cabina. Tres décadas más tarde, los fabricantes de cámaras digitales despachaban 120 millones de unidades anuales. Los teléfonos inteligentes, equipados en su mayoría con dos cámaras, cruzaron la marca de 1,000 millones de ventas de unidades el año pasado.
Demanda en alza
El año pasado, Sony controlaba un 40% del mercado de sensores de imagen de US$ 8,700 millones, en comparación con 16% para el mayor competidor que le sigue, estima Techno System Research. Se pronostica que el mercado alcanzará unos US$ 12,000 millones en el 2019, y la compañía prevé que sus ventas crecerán 62% hasta 1.5 billones de yenes en tres años.
Las acciones de Sony subieron 20% este año, en comparación con un avance de 2.6% del índice de referencia Topix. La acción cayó 2% hasta 2,966 yenes al cierre del viernes en Tokio.
Por Pavel Alpeyev y Grace Huang