(Bloomberg).- La carrera por asumir la dirección de la marca deportiva más grande del mundo se acaba de convertir en una competencia entre tres personas.
Mark Parker, el máximo responsable de Nike Inc., aún no contempla ir a ningún lado, pero una reestructuración de la línea ejecutiva en abril provocó la especulación de que una lucha interna se estaba desarrollando en torno a su sucesión. La recompensa: la oportunidad de dirigir una empresa icónica cuyas ventas se espera que crezcan a US$ 50,000 millones en el 2020 desde los US$ 30,000 millones del año pasado.
El gran ganador en la reestructuración de la línea de gestión de la empresa resultó ser Michael Spillane: continuando su rápido ascenso, fue promovido a la presidencia del área de productos y marketing.
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La promoción se produjo luego de que Spillane lideró un cambio radical en la unidad china de Nike, el cual lo puso a cargo de una gran porción de las operaciones de la empresa. También lo situó justo en el medio de la carrera por reemplazar a Parker --junto al director de operaciones Eric Sprunk y el director de la marca Nike, Trevor Edwards, que es visto como el principal candidato.
“Se le han encargado algunos temas bastante complejos y él ha salido de ellos viéndose cada vez más fuerte”, dijo Brian Yarbrough, analista de Edward Jones, sobre Spillane. Eso y su último ascenso pusieron a Spillane en la carrera por la sucesión”.
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Estadía de Parker.
Parker, de 60 años, recibirá una gran recompensa accionaria si se queda por otros cuatro años, por lo que podría seguir en el cargo hasta entonces, cosa que agradaría a los inversores. Los títulos han subido un 400% desde que asumió la dirección de la empresa en 2006. Dado su desempeño, su estrecha relación con el cofundador de Nike Phil Knight y que probablemente lo sucederá como presidente, Parker tiene una excelente posibilidad de quedarse durante el tiempo que él quiera.
Mientras tanto, los inversores estarán atentos al desempeño de los tres ejecutivos, en busca de indicios de quién podría estar obteniendo la ventaja.
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El efecto Spillane.
Un año después de la llegada de Spillane, China comenzó a crecer de nuevo, registrando un aumento de hasta un 5% en las ventas anuales. Al año siguiente, los ingresos de la región subieron un 18%. En el último trimestre, la empresa informó un crecimiento de las ventas del 23%. La división también se volvió más rentable y registró un aumento de los beneficios antes de intereses e impuestos de hasta un 43% llegando a US$ 358 millones, algo bastante bueno dentro del total de 31 por ciento que registró Nike.
Bajo Spillane, la filial de calzado se mantuvo como la más fuerte de la compañía, sus ventas crecieron un 17%, excluyendo la variación de la moneda, durante los tres trimestres hasta febrero. La compañía dará a conocer sus últimos resultados el 28 de junio.
En abril, Parker promovió a Spillane por quinta vez y lo dejó a cargo del área de productos y marketing de la empresa. Ahora informa directamente a Parker, al igual que Edwards y Sprunk.