Cuando se habla hoteles turísticos, la relación inmediata siempre son los resorts de lujo al borde de playas celestes. Sin embargo, el concepto de José Koechlin sobre turismo siempre fue otro. Con Inkaterra, presente en el mercado peruano desde 1974, se quiere poner en valor la biodiversidad del país para que forme parte activa de la economía.
“El negocio de Inkaterra es la biodiversidad, el escenario, la sensación de sitio (…) Es un capital, ese capital hay que conocerlo, hay que cuidarlo, trabajarlo y debe producir empleo”, señala el empresario José Koechlin.
El pionero en ecoturismo, nominado a premios Pure 2014 por trabajo en el turismo sostenible, sostiene que el Perú cuenta con una riqueza en flora y fauna “que es cuestión de activarla para que dé empleo”.
Planes de negocio
El director de Inkaterra apunta a consolidar sus hoteles en el sur del Perú y busca expandirse al norte, donde todavía no tiene presencia.
Así, en dos años espera inaugurar nuevas instalaciones, con más de kilómetro y medio de playa en Cabo Blanco.
“Con el convenio de la biodiversidad biológica, que se discutirá en la COP 20, el Perú se ha comprometido a que el 20% del litoral sea reserva marina y estamos en cero (…) En Cabo Blanco ya se está trabajando en la habilitación urbana para trabajar la construcción del hotel”, indicó.