Lima (AP).- Las autoridades ambientales impusieron a Antamina, una multa de US$ 77,000 por un derrame de concentrados de cobre que afectó un poblado en el norte del país, informó el ministro del Ambiente, Manuel Pulgar Vidal.
El accidente ocurrió en julio pasado por la rotura de un mineroducto en el distrito de Cajacay -en Áncash- y provocó serios malestares a decenas de pobladores, incluidos varios niños.
Pulgar Vidal dijo que el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) notificó ayer a Antamina que ha sido multada con S/. 207,200 soles.
Fue sancionada “por dos motivos: una por la falta de diligencia en el aviso y en el llenado de los formatos sobre el accidente, y la otra porque se han tenido que talar algunos árboles materia de la contaminación producida en el suelo”, dijo Pulgar Vidal en entrevista con la AP.
El ministro, que había expresado el año pasado que esperaba que la empresa fuera multada con la máxima sanción para casos de contaminación ambiental (US$ 13 millones) explicó que la aparentemente baja sanción impuesta a Antamina se basó en los estándares vigentes de tipificación de multas en el momento del accidente. “Esa tipificación ya cambió, hoy sería distinto”, comentó.
Antamina afirmó en entrevista con la AP que el material derramado no era tóxico, y que el sangrado de nariz que presentaron decenas de pobladores luego del incidente, eran producto de irritaciones de los conductos nasales.
Pulgar Vidal manifestó que la empresa tiene dos opciones: pagar la multa o apelarla. En este último caso, el expediente sería visto en segunda instancia por el Tribunal de Fiscalización Ambiental.
“Hay disposición de la empresa (a remediar el daño)… Hay que señalar con absoluta seguridad que la empresa ha estado actuando diligentemente y sigue actuando en el sentido de lograr la rehabilitación total de la zona”, declaró.
No obstante, el ministro dijo que podrían haber más sanciones a la empresa luego que la Autoridad Nacional del Agua (ANA), y el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin) culminen sus propios procesos de investigación de lo ocurrido.
Según las versiones de los lugareños, al ocurrir el accidente, Antamina demoró en cerrar la llave del mineroducto, y pidió ayuda a los pobladores para detener la masa de concentrados de cobre que amenazaba con llegar al río. Estos colaboraron pero ninguno dispuso de equipos de protección para evitar la inhalación o contacto con el material.
Crisencio Cruz, un poblador de Cajacay que presentó malestares tras el derrame, dijo a la AP que se observan los efectos de la contaminación en la zona.
“Las plantas se amarillan, hay mortandad en los animales, no se les ha hecho análisis pero se ha pedido que se tomen muestran biológicas”, dijo.
Indicó que los pobladores presentan recurrentes dolores de cabeza, mareos o ardor en la vista. “Eso nos ha afectado a todos”, afirmó.