(AFP) “Vencer o morir”, es el lema que repiten los trabajadores en la mina en huelga de Escondida, en el desierto de Atacama, mientras esperan sentarse el lunes a la mesa de negociaciones con la empresa BHP Billiton bajo los buenos oficios de la dirección del Trabajo chileno.
Cuando ya han entrado en la segunda semana de huelga, el ánimo sigue siendo inquebrantable para defender lo que consideran adquirido.
“No vamos a claudicar”, advierte a la AFP Walter Castro, un mecánico de planta de 29 años, en el campamento instalado cerca del yacimiento.
“Hay que estar acá en la huelga el tiempo que haya que estar, hasta morir. Tenemos que recuperar todo lo que teníamos”, dice por su parte a la AFP Karen Vargas, una de las 250 mujeres que trabajan en Escondida, la mayor productora de cobre del mundo, con el 5% de la producción total.
Chile es el mayor productor de cobre del mundo con un tercio de la oferta mundial.
Frente a los planes de la angloaustraliana BHP Billiton, la principal accionista de Escondida, de reducir los beneficios que conquistaron en los tiempos de bonanza del cobre, cuando una tonelada se pagaba casi al doble del precio actual, los mineros han trazado unas líneas rojas.
Su lucha es por mantener beneficios como ayudas a la educación o a la salud, que los nuevos trabajadores disfruten de los mismos beneficios y no aumentar la producción a costa del tiempo de descanso.
“Los beneficios con los que vine a trabajar, ahora son nada. Dejé a mi familia por esto y que nos quiten nuestros beneficios es complicado”, dice Vinka Orellana, conductora de camiones de 33 años.
El bono de US$ 39,000 que reclaman -la empresa ofrece US$ 12,400- compensaría lo que han ido perdiendo en el camino, dice el portavoz de los mineros Carlos Allendes.
“Queremos como todo el mundo darle una buena calidad de vida a nuestros hijos. Y la empresa nos está quitando eso”, dice Orellana al borde de las lágrimas.
Duras condiciones
Orellana, conductora de los pesados camiones que mueven la tierra que sale de la mina a tajo abierto, es una de las 250 mujeres que trabajan en Escondida en toda la cadena productiva, una proporción superior a la de la minería chilena que alcanza al 7.3%, pero lejos de otros países mineros como Canadá, donde alcanza al 17%, o Australia, con el 19%.
El tiempo a 3,100 metros de altura en el desierto más árido del planeta, donde el sol aprieta durante el día y el frío hiela el alma en la noche, se hace largo.
Las charlas con los compañeros, las pantallas de televisión gigantes instaladas en una sala improvisada en una gran carpa protegida del clima inclemente del desierto y la participación en los bloqueos de los accesos al yacimiento permiten mantenerse ocupado a los trabajadores en conflicto.
La participación en la huelga se hace siguiendo los turnos de trabajo, de diez horas diarias/siete días a la semana y descanso otra semana. En total, 1,250 trabajadores participan en cada turno.
Nueva reunión
BHP Billiton confirmó este viernes su asistencia a una instancia de conversación a la que fue invitada por la Dirección del Trabajo de Antofagasta, prevista para el lunes próximo.
“Una conversación debe darse en un espacio de respeto, que garantice condiciones de legalidad, que hoy, no están dadas”, dice la empresa en un comunicado, en el que señala que desde “el inicio de la huelga, no hemos podido ingresar a nuestra casa”, según afirma Patricio Vilaplana, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Minera Escondida.
Durante el periodo de huelga la compañía decidió paralizar la producción para garantizar la seguridad y mantener únicamente el funcionamiento de los servicios mínimos y demás labores anexas a la operación, los cuales han sido afectados por los bloqueos de los huelguistas, recuerda.
Los trabajadores, que recurrieron al gobierno chileno el jueves para pedir su intervención ante el silencio de la empresa, decidirán este sábado en una reunión de la directiva del sindicato, si acuden a esta cita auspiciada por la Dirección de Trabajo, dijo Allendes a la AFP.
Los líderes sindicales viajaron a Santiago para reunirse con varios ministros, como los de Minería y Mediambiente, pero solo los recibió la titular de Trabajo Alejandra Krauss.