El primer coche eléctrico convencional de Mercedes Benz tiene la tecnología de Tesla bajo el capó, aunque no hace alarde de ello.
A diferencia de Bayerische Motoren Werke AG, que envolvió su modelo competidor libre de emisiones en fibra de carbono futurista, la unidad Mercedes de Daimler AG puso un motor eléctrico y una batería dentro de su modelo existente, tipo furgoneta, hatchback Clase B. Las únicas pistas de que es eléctrico son un par de pequeñas calcomanías y el borde azul en los espejos y en la parrilla delantera.
La asociación con Tesla Motors Inc. debería ayudar a Mercedes a transferir algo del aura de última moda del vehículo eléctrico pionero a la Clase B, evitando los peligros de gastar miles de millones en una tecnología que pocos pueden querer comprar. Si resonará en los consumidores que quieren ser parte de la vanguardia de los automóviles, es otra cuestión.
“La Clase B eléctrica es una solución de bajo costo y bajo riesgo para Daimler”, dijo Stefan Bratzel, director del Centro de Gestión de Automoción de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Bergisch Gladbach, Alemania. Debido a que la Clase B eléctrica comparte una línea de montaje con las versiones a gasolina y diésel, Mercedes no tiene que vender una cantidad fija de vehículos para cubrir sus costos, dijo Bratzel.
“Se puede decir razonablemente que hoy nadie está haciendo un vehículo alimentado por batería que sea económicamente viable por sí mismo”, dijo el máximo responsable ejecutivo de Daimler, Dieter Zetsche, en un evento del 27 de octubre, en la isla española de Mallorca, para presentar la Clase B eléctrica a los periodistas. “Los fabricantes no verán un retorno de los miles de millones que están invirtiendo ahora, dentro de un plazo razonable”.
Menos esfuerzo
A pesar del diseño construido especialmente del i3 de BMW, su autonomía, rendimiento y espacio interior son muy similares a los de la Clase B, dijo Zetsche. “Pero nuestro esfuerzo fue dramáticamente menor”. BMW responde que la creación de un nuevo coche eléctrico presenta ventajas, que provienen del reacondicionamiento de los modelos existentes. “El peso, la facilidad de conducción y la autonomía se encuentran en proporciones ideales”, dijo Mathias Schmidt, portavoz de la compañía con sede en Múnich.
Los consumidores tendrán la oportunidad de decidir cuando la Clase B, libre de emisiones, llegue a las salas de exhibición en Alemania, el 29 de noviembre. Viene con una autonomía de unos 200 kilómetros, o 124 millas, a precios similares a los del i3, dijo Zetsche. El auto BMW cuesta unos 35,000 euros (US$ 43,766) en Alemania y US$ 41,350 en Estados Unidos, donde una versión eléctrica de la Clase B ha estado disponible en algunos estados desde mediados de julio. Un lanzamiento más amplio está programado para el próximo año.
BMW vistoso
La estrategia más riesgosa de BMW podría eventualmente dar sus frutos. El i3 del fabricante de coches de lujo más grande del mundo probablemente se venderá más que la Clase B eléctrica, en dos a uno en 2020, según estimaciones de IHS Automotive.
Eso puede deberse a que las personas que compran vehículos eléctricos en realidad quieren que los otros conductores noten su comportamiento consciente sobre del medio ambiente, dijo Anjan Hemanth Kumar, un analista con sede en Bangalore para Frost & Sullivan Inc.
“Para la identidad del cliente, es muy importante tener un vehículo eléctrico adecuado con una identidad única para que puedan diferenciarse”, dijo Kumar. “Unos quiere presumir, al igual que un piloto de Ferrari quiere presumir”.
