(Bloomberg) Gracias a una nueva tecnología, volar en un jet privado ya no es solo para titanes de los negocios y los súper adinerados. Pero paradójicamente, eso significa que fabricantes de aviones como Cessna y Bombardier Inc. están vendiendo menos.
La industria de la aviación general está experimentando una importante reforma a medida que nuevos modelos de negocios intentan unir aviones con capacidad ociosa a pasajeros, muchos de los cuales no pueden costear ahora su propio avión. Compañías de membresía, programas de viaje compartido, proveedores de aviones chárter según demanda y start-ups que afirman ser los Uber de la aviación privada están tratando de introducir más personas a la conveniencia de volar sin la molestia de los aeropuertos comerciales.
“Desafortunadamente para los fabricantes de aviones, estos nuevos programas no están comprando muchos jets nuevos”, dijo Brian Foley, consultor de aviación de negocios quien durante 20 años fue director de marketing de la unidad norteamericana de jets de la firma francesa Dassault Aviation SA. “Simplemente están tratando de usar activos ya existentes y utilizar más de esos aviones que están estacionados”.
Los fabricantes han reducido la producción de algunos modelos para ajustarse a una demanda más débil de aviones privados. Se estima que las entregas de nuevos aviones caerán 6.4% este año a 645 y otro 3.7% a 625 el próximo año, según JPMorgan Chase & Co.
Esos retrocesos contrastan con un incremento de más de 5 por ciento por horas de vuelo en el mercado de aviones chárter durante el período de octubre a septiembre en los últimos tres años, según Argus International Inc.
Democratización de la industria
El aumento en la actividad de los chárter se debe en parte a las nuevas opciones que han abierto el mercado más allá de los súper adinerados, afirmó Brad Stewart, CEO de XOJet, que opera una flota de 41 aviones de segunda mano para arriendo.
“La democratización de la aviación privada es un tema grande y llegó para quedarse”, afirmó.
XOJet se asoció con JetSmarter, empresa que cobra una cuota anual de membresía. JetSmarter, que no tiene aviones propios, compra horas de vuelo a XOJet y otros operadores. Cuesta cerca de US$12.000 arrendar un jet pequeño de cuatro asientos desde el aeropuerto de Teterboro en Nueva Jersey al aeropuerto ejecutivo de Miami durante la semana laboral, según PrivateFly, sitio web de búsqueda de aviones. En contraste, un miembro de JetSmarter pagaría US$2.000 para reservar un asiento en un jet de negocios. No obstante, no hay costo adicional si un miembro toma un vuelo en un avión ya agendado por otro miembro. Una membresía cuesta US$15.000 en el primer año.
Futuros clientes
Los fabricantes de aviones sostienen que los nuevos modelos en realidad podrían ayudar a la industria. Si bien muchos de los programas no se están traduciendo ahora en pedidos de aviones nuevos, están introduciendo gente a la eficiencia de volar privadamente, quienes podrían convertirse en futuros clientes, afirmó Scott Ernest, máximo ejecutivo de Cessna, división de Textron Inc.
“En realidad lo veo como una manera de traer nuevos clientes al mercado”, dijo Ernest.
Hay debate sobre cuánto cambiará a la industria el uso de aplicaciones para reservar vuelos privados. Stellar Labs Inc. ofrece un marketplace automatizado que permite que los clientes agenden sus vuelos directamente. El servicio promete cientos de opciones de aviones privados “con una precisión increíble”.
Pero Sergey Petrossov, fundador y máximo ejecutivo de JetSmarter, no ve a los clientes de jets privados agendando ellos mismos sus aviones. “Al ofrecer a los clientes más opciones, los mantenemos en el ecosistema de la aviación privada y alejados del temido aeropuerto comercial”, dijo. “En realidad, de eso se trata todo esto”.