(Bloomberg) El máximo responsable de Wells Fargo & Co., John Stumpf, que lucha por conservar su empleo ante un escándalo político nacional, renunciará a más de US$41 millones en acciones y salario mientras el directorio del banco investiga cómo los empleados abrieron montones de cuentas falsas para clientes.
Es un giro de 180 grados para uno de los líderes más ensalzados de la industria y la pérdida de remuneración más grande para el jefe de un banco estadounidense de gran tamaño por lo menos desde la crisis financiera de 2008. Pero quizás no sea suficiente para ahorrarle a Stumpf otra tunda cuando vuelva al Capitolio el jueves. La semana pasada, la senadora Elizabeth Warren exigió que renunciase por su “liderazgo cobarde” después que él les echó la culpa de los abusos a empleados con salarios bajos.
Renunciar al sueldo “es un golpe en la cabeza, pero no termina con la cuestión de si debería permitirse que Stumpf dirija un banco”, dijo Erik Gordon, profesor de Derecho de la Universidad de Michigan en Ann Arbor. “Él es responsable de la cultura y conocía o debería haber conocido una práctica tan generalizada y conocida en el banco”.
En un memorándum, Stumpf dijo a los empleados que ofreció ceder US$41 millones en acciones no transferidas, que reflejaban su desempeño desde 2013, y el directorio aceptó. La ex jefa de banca comunitaria, Carrie Tolstedt, renunciará a cerca de US$19 millones en acciones no transferidas y acordó no cobrar opciones pendientes durante la revisión, afirmó la entidad el martes en un comunicado. Tolstedt dejó la empresa; antes planeaba jubilarse a fin de año. Ni ella ni Stumpf recibirán una bonificación para este año.
Cuentas falsas
Wells Fargo sufre una presión enorme para que demuestre que hará rendir cuentas a sus líderes antes que Strumpf declare ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Diputados de Estados Unidos; investigaciones del Gobierno concluyeron que empleados de las sucursales pueden haber creado 2 millones de cuentas de depósito y tarjetas de crédito sin autorización. El máximo ejecutivo recibió preguntas fulminantes de los legisladores dea ambos lados del espectro político la semana pasada en una audiencia del Senado, en un raro momento de unidad política.
“Estamos profundamente preocupados por estos problemas y nos comprometemos a asegurarnos de que todos los aspectos de los negocios de la empresa se conduzcan con integridad, transparencia y supervisión”, dijo Stephen Sanger, el director independiente de más jerarquía, en el comunicado. “Procederemos con apremio, pero nos tomaremos el tiempo que haga falta para realizar una investigación integral”.
Stumpf, de 63 años, es máximo responsable y presidente desde que hizo que Wells Fargo atravesara la crisis financiera expandiendo los préstamos hipotecarios mientras sus rivales retrocedían y sumaban operaciones en Wall Street. Bajo su comando, la empresa generó retornos que eran la envidia de la industria y se transformó en el banco más valioso del mundo, trono que le cedió a JPMorgan Chase & Co. cuando estalló el escándalo este mes.
Tolstedt, de 56 años, supervisó la unidad minorista durante los años en los que las autoridades detectaron los abusos. La Oficina de Protección Financiera al Consumidor, uno de los entes reguladores que investigaron al banco, dijo que miles de empleados de Wells Fargo abrieron las cuentas porque estaban bajo presión para cumplir metas de vender más productos y servicios a los clientes, práctica conocida como venta cruzada.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos, oficinas de fiscales generales de los estados y comités legislativos iniciaron investigaciones “formales o informales” sobre las prácticas de ventas que llevaron a la creación de las cuentas falsas, dijo Wells Fargo este miércoles en una presentación ante el ente regulador. El Departamento de Trabajo también está analizando las afirmaciones de los legisladores de que el banco presionó demasiado a sus empleados para que cumplieran los cupos de venta.