Caracas (Reuters).- El Gobierno socialista de Venezuela tomó el control y reactivó hoy la fábrica local de la estadounidense Kimberly-Clark, que el fin de semana anunció la suspensión indefinida de operaciones por el deterioro de la economía venezolana.
Kimberly-Clark, que desde hace más de dos décadas fabricaba productos de higiene personal, dijo que se vio imposibilitada de mantener sus líneas de producción por la falta de materia prima y de divisas, en medio de un estricto control cambiario y una inflación galopante, que cerró el año pasado como la mayor del mundo.
“Planteamos el reinicio de las actividades productivas para proteger el trabajo de los trabajadores e invitamos a los trabajadores a que prendan las máquinas”, dijo el ministro de Trabajo, Oswaldo Vera, antes de poner a andar una de las máquinas de su única planta, en la ciudad central de Maracay.
“Kimberly-Clark va a seguir produciendo, ahora, en manos de los trabajadores”, agregó la autoridad rodeado de cientos de operarios.
Kimberly-Clark produce papel higiénico, toallas sanitarias, pañales desechables y servilletas, difíciles de hallar en un país con altos índices de escasez que ha obligado a los venezolanos a formar enormes colas en supermercados y farmacias.
“Empresa que sea cerrada, empresa que va a ser ocupada y abierta por los trabajadores”, advirtió Vera.
En noviembre del 2014, casi dos meses después de que la también estadounidense Clorox abandonó Venezuela, el Gobierno, junto a cientos de trabajadores, reactivó las dos plantas de la firma en el país.
Sin embargo, la lejía, desinfectantes y blanqueadores que producía la firma siguen siendo difíciles de encontrar.
La economía venezolana atraviesa por una prolongada recesión que comenzó en 2014, en gran parte por la caída de los precios del petróleo, su principal fuente de ingresos.
Los críticos del Gobierno dicen que la crisis venezolana es consecuencia de las políticas económicas socialistas, pero el presidente Nicolás Maduro, sostiene que es víctima de una “guerra económica” que busca sembrar el caos para desbancarlo.