Durante el último año, Lima ha presenciado un fenómeno curioso: la invasión de las tiendas de conveniencia y descuento.
Ahora encontramos un Tambo+ en cada esquina y las tiendas Mass cada vez aparecen con mayor frecuencia en la capital. Sin embargo, este brote de formatos ajenos no es nuevo; de hecho, en toda la región se vive un panorama similar.
“En Colombia, el formato de descuento tuvo un boom en los últimos años. El año pasado, llegó a alcanzar el 60% de todo el crecimiento del consumo masivo”, reveló a Gestion.pe Andrés Vergara, gerente general de Nielsen Perú y Ecuador.
Mass descuentos
Las tiendas de descuento las heredamos desde Alemania. El período posguerra le pegó duro, y la gente necesitaba un canal más accesible para comprar sus productos.
“Estas tiendas se caracterizan por tener un surtido limitado, una marca propia del establecimiento mucho más fuerte, exhibición simple de los productos, incluso en la unidad de embalaje original del fabricante”, explicó Vergara.
Algunos deciden no entregar bolsas y suelen aceptar solo efectivo. El objetivo es reducir al máximo los costos de la cadena productiva para ofrecer precios mucho más bajos.
En Latinoamérica no hay posguerra, pero sucede el mismo fenómeno. La tendencia obedece a múltiples factores, desde el tráfico y horas laborales, hasta el empoderamiento femenino y la despedida de la antigua figura de ‘ama de casa’.
Es decir, cada vez hay menos tiempo para realizar las compras del hogar, e ir al mercado ya no es una preocupación exclusiva de las mujeres. La solución son estos formatos de cercanía.
“Mass es una tienda con formato de descuento en Perú, y ya cuenta con más de 80 puntos de venta en Lima”, anotó Vergara. Este crecimiento acelerado origina una carnicería lateral previsible: contra el canal tradicional y los supermercados.
Filosofía Tambo
La agresividad no es exclusiva del formato de descuento, también tenemos al de conveniencia y es mucho más cercano de lo que creen. Tambo+ es el nombre, y según Vergara, también le va a arrebatar crecimiento al resto de canales.
“Ellos mismos anuncian ritmos de apertura acelerados hacia adelante. Tambo está en 120 puntos de venta y proyecta cerrar el año en 200”, anotó.
Este formato es bastante similar al de los autoservicios, o las tiendas en grifos, con la particularidad que insiste bastante en la cercanía con el cliente.
El cambio va más allá de una etiqueta con menor precio. Estos formatos generan “un cambio en el consumidor de bodega y canal tradicional, y de supermercados”, subrayó.
Vergara negó que alguno de estos nuevos canales vaya a eliminar al tradicional, pero sí le quitará crecimiento.
La reacción del consumidor no le gustará mucho a los viejos competidores. Este comienza a ser menos fiel a un único canal. Es decir, segmenta sus viajes de compra.
Super reacción
Los supermercados ya no son el lugar predilecto para comprar todo lo necesario para la casa. Algunas categorías de producto las prefieren comprar en otro tipo de canales.
Si bien ni Tambo ni Mass van a desaparecer un supermercado, es cierto que les robará clientes. ¿Entonces, qué harán estos retailers?
La reacción es diversa. “Algunos, dentro de una misma tienda, crean espacios específicos como formato de conveniencia”, anotó Vergara. Es decir, como una tienda dentro de un súper.
Otras empresas optan por abrir retailers más pequeños, como supermercados de barrio. Hay quienes prefieren fortalecer su marca propia, para retener clientes por branding.
Por último, algunas empresas ceden y prefieren cuidar sus precios, para acercarse lo más posible a los canales de descuento.
Bodega soft
El canal tradicional sigue siendo fuerte, pero ya no es lo de antes, afirmó Vergara.
Desde la otra esquina, se siente menos preocupación. Los bodegueros no ven a estos formatos como una amenaza, resaltó la Asociación de Bodegueros del Perú (ABP).
El efecto, sin embargo, existe. Andrés Choy, presidente de la ABP, reveló que el ingreso de estos canales podría generar un efecto positivo: el desarrollo de mejores procesos de atención.
De hecho, según Nielsen, algunas bodegas llevan la sofisticación más allá, pues sus consumidores comienzan a adquirir productos de segunda necesidad en estas tiendas, figura inimaginable hace algunos años.
Desde bebidas energizantes hasta barras de cereal, las bodegas han comenzado a ofertar otros productos que antes no se encontraban relacionados con este sector.
Vergara afirmó, incluso, que “más de la mitad de productos que se compran en bodegas valen más de dos soles”.
Tiene que ver con el crecimiento del ingreso promedio de la clase media. “El canal tradicional se adapta al nuevo consumidor”, afirmó.