(Bloomberg) El domingo 29 de enero, el presidente de Microsoft, Brad Smith, convocó a una conferencia telefónica con los principales abogados y personal de políticas de Apple, Amazon.com, Facebook, Google de Alphabet y otras compañías de tecnología, de acuerdo con personas familiarizadas con la reunión.
La orden ejecutiva del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que suspendió los viajes desde siete países mayoritariamente musulmanes había varado a empleados y amenazaba a su fuerza laboral. Y las compañías intentaban determinar cómo proceder.
Una semana después, las ideas generadas durante esa llamada se convirtieron en la base de un apasionado documento legal firmado por más de 120 compañías que se oponían a la prohibición.
Ayer la Corte Suprema reinstauró partes de la prohibición, y dijo que escuchará los argumentos sobre el caso en el otoño.
Es una de las maneras en que las cinco mayores empresas tecnológicas -que son también las cinco mayores empresas estadounidenses de cualquier tipo por capitalización de mercado- están dejando a un lado, a veces, batallas amargas por productos y diferencias de negocios para cooperar a un nivel más profundo que antes en temas como inmigración, privacidad de datos, ciberseguridad y derechos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.
Algunas cuestiones de políticas importantes, como la reforma de la vigilancia y la inmigración, trascienden las rivalidades comerciales, dijo Kent Walker, vicepresidente sénior y asesor general de Google. Sobre estos temas, presentamos un caso más fuerte e informado cuando hablamos con una sola voz.
Las semillas de la colaboración son anteriores a Trump. Fueron sembradas a raíz de la afirmación hecha por Edward Snowden en junio de 2013 de que la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos había obtenido acceso a datos de compañías como Apple, Google, Microsoft y Facebook.
Ese mes, Google y Microsoft presentaron mociones en la misma semana pidiendo que se les permitiera revelar cuántas veces se les había ordenado compartir datos con el gobierno de Estados Unidos bajo la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera. Esto hizo que los dos archirrivales negociaran juntos en el mismo lado, contra el Departamento de Justicia de Estados Unidos. Más tarde, Facebook se unió a la lucha.
En 2014, Amazon y Apple respaldaron a Microsoft en una batalla diferente con el Departamento de Justicia por la privacidad de los datos almacenados en el extranjero.
El negocio de Amazon de la nube, en rápido crecimiento, presionó más a la compañía sobre temas como la privacidad de datos de los clientes, mientras que Apple fue empujada al centro de la atención por su política de cifrado el año pasado, cuando el FBI exigió que el fabricante del iPhone hackeara el teléfono perteneciente a uno de los involucrados en el ataque terrorista de diciembre de 2015 en San Bernardino, California.
Hace diez años, algunas de estas empresas dejaban muchas cuestiones de política a las asociaciones comerciales. A veces, los rivales se unieron a diferentes grupos y los utilizaron para anotar puntos uno contra el otro.
Ocasionalmente, trataron de usar a los reguladores como arma: Microsoft alentó a los funcionarios europeos antimonopolio a que actuaran para que Google efectuara cambios, un caso que dio lugar a la multa récord de 2,400 millones de euros (US$ 2,700 millones) anunciada hoy.
El presidente de Google, Eric Schmidt, había reunido apoyo para el caso del gobierno de Estados Unidos contra Microsoft a finales de los años 90 antes de unirse al gigante de las búsquedas en internet.
En los últimos años, Microsoft y Google han hecho la paz, solucionando problemas legales pendientes en 2015, y las cinco empresas se dieron cuenta de que a veces tenía sentido dejar de lado las diferencias comerciales en nombre de objetivos de política compartidos.
Algunos de los cambios se han producido al tiempo que Facebook, Google y Amazon maduraron y se volvieron más activas en cuestiones de políticas públicas.
“Las cinco compañías compiten vigorosamente entre sí en el mercado, pero tienen un terreno común en cuestiones de política y regulatorias, dijo Smith de Microsoft.
En años anteriores, la competencia en el mercado derivó en una mayor tensión regulatoria -en años más recientes, hemos reconocido que tenemos intereses comunes a nivel mundial sobre importantes cuestiones normativas y de políticas”.