AFP.- Las empresas Engie de Francia y Enel de Italia acordaron con el gobierno de Chile desistir en la construcción de termoeléctricas en el norte del país sudamericano, proyectos que iban a entregar unos 350 megavatiosv (MW) de energía eléctrica.

Engie y Enel, además de otras dos compañías locales, debían construir cinco termoeléctricas en terrenos fiscales en las regiones de Antofagasta y Atacama, tras adjudicarse concesiones que fueron revertidas en mutuo acuerdo con el Ministerio de Bienes Nacionales, según indicó un comunicado difundido por el Ministerio de Energía.

Cada una de las instalaciones “tenían como finalidad proyectos de energía eléctrica, para operación continua de al menos 350 MW”, indicó la nota.

La decisión fue felicitada por el gobierno chileno, que actualmente impulsa el desarrollo de las energías renovables (ERNC). Las termoeléctricas emiten contaminación, como material particulado, óxidos de azufre y óxidos de nitrógeno.

“Valoramos la decisión de estas empresas de devolver los terrenos que se habían adjudicado para la concreción de proyectos termoeléctricos, considerando el enorme impulso que el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet ha impuesto al desarrollo de las energías renovables, más limpias, sustentables y baratas”, dijo Andrés Rebolledo, ministro de Energía.

La empresa minera Santa Inés de Collahuasi fue la única firma que decidió seguir adelante con la construcción de una termoeléctrica en la región de Tarapacá (norte).

Hasta el año pasado, Chile entregó concesiones para proyectos eólicos y fotovoltaicos por 1,382 MW, casi la mitad de la capacidad instalada en el país en esas energías, afirmó el comunicado.

Chile pretende generar hasta un 70% de su electricidad con energías renovables hasta el 2050, agregó la nota.