(Bloomberg) Delta Air Lines obtuvo la aprobación tentativa de Estados Unidos a su codiciada asociación con Grupo Aeroméxico, decisión que refuerza las ambiciones transfronterizas de las dos aerolíneas aunque las obliga a renunciar a algunos derechos de vuelo en la Ciudad de México y Nueva York.
La autorización tentativa del Departamento de Transporte de Estados Unidos, anunciada el viernes, permite a las aerolíneas coordinar precios, rutas y otras actividades sin violar las normas antimonopolio. Delta y Aeroméxico tendrían que ceder de derechos de despegue y aterrizaje para 24 vuelos transfronterizos diarios de ida y vuelta que salen de la Ciudad de México y seis del aeropuerto internacional John F. Kennedy en Nueva York.
Delta está buscando expandirse en México como parte de una ampliación en los países en vías de desarrollo iniciada por el ex CEO Richard Anderson y continuada por su sucesor, Ed Bastian. La compañía y entidades relacionadas ya poseen alrededor del 17% de Aeroméxico, y Delta está buscando aumentar esa participación al 49%.
Una portavoz de Delta dijo que la aerolínea con sede en Atlanta estaba revisando la decisión del gobierno y no tuvo comentarios inmediatos.
Aerolíneas estadounidenses, entre ellas JetBlue Airways Corp., han instado al gobierno de Obama que exija a Delta y Aeroméxico que renuncien a algunos derechos de despegue y aterrizaje en la Ciudad de México, porque limitaciones de espacio en esas ciudades han restringido la capacidad de las aerolíneas de expandirse.
La Comisión Federal de Competencia de México ya aprobó la asociación, dijo Aeroméxico, con sede en la Ciudad de México, en un documento a principios de este año.
La aerolínea tiene 490 espacios diarios en el congestionado aeropuerto de la Ciudad de México, así que renunciar a 24 no es realmente relevante, dijo Mauricio Martínez, analista de Corporativo GBM SAB.
“No impacta; además, si vemos que se están aliando, no debe ser un impacto material porque lo van a compensar con otras rutas y en MEX-JFK van a eliminar redundancias”.