El brasileño Gabriel Rego no nació en cuna de oro. Obtuvo sus primeros salarios surtiendo de combustible a los autos que se acercaban a la gasolinera donde atendía. A los 25 años, inició sus estudios de Derecho. Ahí empezó su acelerado ascenso. Ahora encabeza la firma de seguros de viajes.
¿Siempre aspiró a ocupar un alto cargo fuera de su país?
Era mi plan desde la universidad. Cuando llegó la oportunidad, la tomé.
¿Fue difícil adaptarse?
Aquí las personas son amables, pero el cambio también supuso un shock en gestión. Considero que en algunas cosas aún estoy aprendiendo a manejar la idiosincrasia del peruano.
¿A qué aspectos se refiere?
Aquí las personas están acostumbradas a las jerarquías, no es tan sencillo implementar liderazgos compartidos, donde los colaboradores dejen de pedir permiso cada vez que quieran hacer algo y tomen decisiones por sí mismos.
¿No centraliza las decisiones?
No soy dueño de la verdad, me gusta que los miembros de mi equipo participen, prefiero escucharlos para ahí recién tomar una decisión.
¿Cómo definiría su estilo?
Me gustan las cosas para ayer, las personas a mí alrededor ya saben que soy exigente con la calidad y los plazos.
¿Lo que menos tolera?
Me disgustan las respuestas de: es así porque siempre lo hemos hecho así. Me incomoda cuando la gente no tiene sentido crítico, ahí ya escucho menos (risas).
¿Qué es lo que más espera de sus colaboradores?
Que más allá de que me cuenten el problema tengan dos o tres alternativas de solución. No se trata de lamentarse. Ellos tienen que preguntarse qué harían. Siempre digo: si usted no viene con soluciones, nunca va a poder salir de ahí para sentarse en mi silla.
¿Qué es lo que más le agrada de su trabajo?
Me agrada visitar a los clientes. Estar sentado también genera costos, pero a veces por mi función no puedo estar más tiempo en la calle.
¿Qué disfruta hacer en sus momentos libres?
Como todo buen brasileño, me encanta el fútbol. Una vez por semana, me animo a ir a una ‘pichanguita’, como dicen acá (risas). Además, disfruto mucho resolviendo juegos mentales.