Colt, el legendario fabricante de armas, solicitó protección por bancarrota en la noche del domingo después de que los inversionistas no aceptaran la oferta de canje de las notas senior lanzada en abril y cuyo plazo venció el 12 de junio.
El fabricante, fundado hace 179 años en Connecticut (EEUU), intenta reestructurar su deuda y mantenerse en el negocio en un momento en que el retraso en las ventas al gobierno y el estancamiento de la demanda han golpeado su situación financiera.
Colt cuenta con activos por hasta US$ 500 millones y una deuda que ascendería a US$ 500 millones, consignó Bloomberg. El plan es recaudar recursos para reducir su deuda a través de la subasta de sus activos en un proceso que se extenderá entre 60 y 90 días.
Wilmintong Trust Company es el mayor acreedor no garantizado, con una deuda de US$ 261 millones. El equipo de gestión, liderado por el director ejecutivo Dennis Veilleux, se mantendrá en el cargo.
Su principal inversor, Sciens Capital Management, será el “apostador principal” y planea comprar todos los activos de Colt, aunque el tribunal solicitará otras ofertas. Sciens posee alrededor del 87% de la compañía. Los prestamistas garantizados han acordado proporcionar una línea de crédito por US$ 20 millones para que Colt siga funcionando mientras afronta la reestructuración.
En 2013, el contrato de suministro al ejército de Estados Unidos finalizó. La caída de 30% en las ventas el año pasado y el cambio en la demanda han golpeado su situación financiera, con reservas de efectivo mermadas hasta US$ 11,1 millones a fines de mayo.
En noviembre, aceptó un préstamo de US$ 70 millones de Morgan Stanley para pagar el interés de sus bonos y en febrero alertó de la falta de efectivo para cumplir su obligación de junio. En mayo no pagó US$ 10,9 millones a los tenedores de US$ 250 millones en bonos senior. La compañía ya había pedido previamente la protección por bancarrota en 1992.
Diario Financiero de Chile
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