AFP.- Christie’s celebró el primer día de una subasta de arte latinoamericano que podría ser histórica, con obras maestras de Wifredo Lam, Rufino Tamayo, Diego Rivera y Fernando Botero destinadas a un mercado internacional con creciente apetito por la región.
La subasta, que culminará el miércoles, ofrece casi 300 lotes de cinco notables colecciones privadas, incluidas obras del cantante Plácido Domingo y su esposa Marta.
La célebre casa de subastas situada en la neoyorquina Rockefeller Plaza, en el corazón de Manhattan, espera recabar en los dos días más de US$ 30 millones.
“Es la venta de arte latinoamericano de mayor valor que se ha hecho en Christie’s. Si se logran las proyecciones que tenemos, la venta va a hacer historia”, dijo a la AFP Marisol Nieves, experta en arte latinoamericano de la casa de subastas.
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Al inicio de los remates,en los años 1980, el arte latinoamericano era destinado a un mercado pequeño y regional, pero desde entonces “ha crecido más allá y llega cada vez más a un mercado internacional, muy global”, apuntó Nieves.
Joyas cubanas
La explosión de colores y plumas de “Pelea de gallos”, del cubano Mariano Rodríguez (1912-1990), fue vendida entre aplausos a US$ 1.087 millones, un récord para el artista.
Otros dos cubanos lograron récords mundiales para su obras: Carlos Enríquez (1900-1957) por “Héroe criollo”, que obtuvo US$ 967,500 dólares, y Fidelio Ponce de León (1895-1949) por “Joven con pecera”, que se vendió a US$ 112,500.
Pero el cuadro “Sur les traces” o “Transformation”, del cubano Wifredo Lam (1902-1982), que tenía un precio de venta estimado entre US$ 2.5 millones y US$ 3.5 millones, solo llegó a US$ 900,000 y fue retirado de la venta.
Todas estas obras provienen de un misterioso cubanoestadounidense que reside en Florida (sureste) y que ha amasado una impresionante colección de arte cubano moderno durante más de 30 años.
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Sandías abstractas
Otra joya de esta subasta es el casi abstracto y jugoso “Sandías” (1969), del mexicano Rufino Tamayo (1899-1991), perteneciente a la colección de la familia Lewin.
Con un precio estimado de hasta US$ 1.8 millones, fue finalmente vendido a US$ 2.167 millones tras una lucha telefónica entre dos compradores que culminó con aplausos de la nutrida audiencia.
“El tema de las sandías de Tamayo es quizás uno de los más recurrentes y más importantes de su obra. Es muy personal, casi nostálgico de su niñez y de su pueblo, Oaxaca”, explicó Nieves.
El artista trató el tema de las sandías formalmente toda su carrera, “cada vez enfatizando más su visión modernista, arraigada en una visión cultural de México exprimiendo la esencia al color” con el cual recuerda su país, agregó.
La obra del colombiano Fernando Botero (1932) también está presente en la subasta con 12 piezas, entre ellas “Una familia” --de la colección de Ruth y Jerome Siegel--, vendido en US$ 1.2675 millones, cuando el máximo estimado era de US$ 1.8 millones.
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Christie’s vendió asimismo el martes el agitado “Puerto de Nueva York” (1923) del uruguayo Joaquín Torres García (1874-1949), a US$ 775,500, mucho más que el máximo anticipado (US$ 400,000).
Tras pasar dos años en Nueva York, Torres García lo pintó en su regreso a Italia. “Es como su recuerdo de Nueva York ya prefigura su estilo casi abstracto, constructivista”, señaló Nieves. Otros tres Torres García de menor valor integran la subasta.
Otro uruguayo, Pablo Atchugarry (contemporáneo), consiguió un récord mundial para su obra con la venta de una elegante escultura en mármol a US$ 439,500.
Uno de los cuadros del mexicano Diego Rivera, el pequeño pero entrañable “Niño Jesús Sánchez”, recaudó US$ 271,500 dólares, US$ 71,500 más que su máximo estimado. Pero su “Niña con vestido rosa” no alcanzó el mínimo de venta estimado.
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