Cae el mito: La Apple I no nació en el garaje de sus creadores

Steve Wozniak, el cofundador de Apple , relató los comienzos de la firma. Todo empezó el día que quiso tener su propia computadora en una época en la que nadie podía pagar las piezas.

Era la estrella de la fecha, pero su actitud estaba lejos de ser la de un rockstar pedante. Entró alegre y con una actitud humilde. Vestido de negro de pies a cabeza y calzando unas zapatillas deportivas, Steve Wozniak subió al escenario de ExpoInternet 2015 para recordar los primeros días de Apple y dar su opinión sobre nuevas tecnologías.

“Todo empezó porque quería tener mi propia computadora. Y eso fue mucho antes de que conociera a Steve Jobs”, sostuvo el cofundador de la empresa. “Yo era uno de los únicos dentro de mis amigos ingenieros que estaban haciendo esto. No se encontraban libros sobre computadoras en ningún lado y nadie podía pagar los componentes necesarios”, rememoró el ingeniero.

Hallar la forma
Pese a las dificultades, Wozniak pudo realizar su primera computadora: la histórica, la que terminaría llamándose Apple I . Para fabricarla recibió la ayuda de un ejecutivo de HP, donde trabajaba en ese entonces, que le ofreció los chips necesarios para que arme una computadora de su autoría.

“Yo siempre mostraba lo que creaba para hacerme el canchero. Para mostrar qué podía hacer. Un amigo me presentó a Steve Jobs. Le mostré mi computadora y me dijo: puedo convertirla en dinero”.

El dinero no es un tema menor dentro de la historia de Wozniak ni de la de Apple. Ni él ni Steve Jobs eran personas adineradas y, según el cofundador de Apple, esto fue una de las claves de su éxito. “Mientras menos tienes más creas”, aseguró.

“Originalmente íbamos a armar una base para que otros armen sus PC. No teníamos presupuesto para crear las nuestras. Cuando hicimos la Apple I ya teníamos en mente la Apple II”.

Pura invención
El imaginario popular muestra a dos jóvenes creando una computadora en el garaje de una casa. Pero nada de eso fue así.

La historia es la del emprendedor que quiere empezar una empresa de cero.
“No hicimos nada en el garaje. Todo lo trabajamos en nuestras habitaciones.

Steve negociaba desde su cuarto y yo trabajaba en la oficina de HP, donde era empleado. El garaje no fue importante en la historia, pero, si se quiere, es una buena imagen que indica nuestra humildad. Teníamos un origen humilde”.

Anécdota
Woz, como lo llaman sus amigos de la industria, relató con humor varios detalles de su relación con Steve Jobs. Aseguró que él lo llevó a conocer los clubes de computación y que no fue al revés, como se plantea en la versión hollywoodense de su historia. “No les crean a las películas. Yo lo llevé ahí y yo era la estrella”, reveló entre risas.

Red Iberoamericana de Prensa Económica
El Cronista Comercial de Argentina

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