(Bloomberg) BHP Billiton sigue contabilizando los costos de seis semanas de huelga en una de sus minas más grandes.

Aunque la mina de Escondida, en Chile, ha retomado su producción, se está tomando “con calma” la reanudación de las operaciones para priorizar la seguridad, dijo el martes a los periodistas en Santiago Danny Malchuk, presidente de operaciones de minerales de BHP en América.

La producción perdida se divulgará en la entrega de resultados trimestrales de la empresa con sede en Melbourne este mes, aunque la producción no fue la única área afectada. Entre las obras de construcción de proyectos en el local hay una planta desalinizadora que también se interrumpió y cuya finalización se pospondrá, dijo el ejecutivo de BHP.

“Estamos analizando y trabajando en nuevos programas”, dijo.

Malchuk pronunció un discurso en el congreso anual de la industria del cobre en el cual explicó la importancia de adoptar nuevas tecnologías y un enfoque innovador y colaborativo para revertir la caída de Chile en los rankings globales de productividad debido al deterioro de la calidad del mineral.

Para una industria afectada por una huelga prolongada en la mina más grande del mundo, la productividad y las relaciones laborales están resultando ser temas centrales en la conferencia Cesco Week.

Arnaud Soirat, director de cobre de Rio Tinto Group, accionista minoritario de Escondida, dijo a los participantes que el número de procesos de negociación colectiva salarial que terminan en huelgas en Chile es perturbador.

Hizo una comparación con la mina de Rio, en Kennecott, en Estados Unidos, donde se renegociaron los contratos “sin perder ni una tonelada”.

Las pérdidas en Escondida probablemente asciendan a entre 220,000 y 230,000 toneladas, lo que representa cerca de 1% de la producción global anual, según la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco). Esa cifra supera los US$ 1,000 millones a los precios actuales.

El cálculo incluye 156.000 toneladas perdidas durante las seis semanas de huelga y entre 60.000 y 70.000 toneladas perdidas mientras la mina reanuda las operaciones y la producción se normaliza. La interrupción dejó la economía chilena tambaleándose al borde de su primera recesión en ocho años.

La huelga en Escondida es uno de los motivos por los cuales algunos participantes en la conferencia proyectan el fin de años de superávit en el mercado del cobre.

Para BHP, la disputa salarial continúa.

Las partes en Escondida no lograron llegar a un acuerdo. Los trabajadores optaron por volver a su antiguo contrato y volver a negociar el año que viene, bajo un nuevo código laboral.

BHP confía en lograr un “buen” acuerdo salarial en Escondida, la mina todavía tiene que trabajar para mejorar la productividad, dijo Malchuk.

“Todavía creo que podemos reparar la relación laboral”, dijo. “Veo los próximos 18 meses como una oportunidad para entablar un diálogo con nuestra fuerza laboral y seguir impulsando a Escondida”.