(Bloomberg) Aston Martin tiene luz amarilla para salir a bolsa --pero todavía no cuenta con una valoración semejante a la de Ferrari.
El fabricante británico de autos de lujo y sus dueños italianos y kuwaitíes quizá consideren una emisión de acciones en 2018, informa Bloomberg News.
Ciertamente deberían hacerlo. Después de años de problemas, Aston Martin está a punto de tener una situación de inversión capaz de atraer a inversionistas del mercado bursátil.
La compañía lleva adelante desde hace dos años una estrategia para presentar toda una serie de modelos nuevos en 2021. Los resultados de 2016 contenían un montón de reducciones de valor en libro para limpiar el balance general, lo cual llevó a la empresa a una pérdida antes de impuestos.
Con los números del año próximo, el fabricante de autos debería poder mostrar una trayectoria decente de ingresos recientes y crecimiento del Ebitda.
Por su parte, Ferrari ha tenido un avance brillante desde su salida a bolsa, con un desempeño superior al de las acciones europeas. El mercado se entusiasmó con la idea de que Ferrari tiene más en común con el fabricante de bolsos Hermes International que con Volkswagen y que debía valorarse en una clasificación de artículos de lujo.
El precio de la acción de Ferrari implica un valor de empresa de 10 veces el múltiplo Ebitda. Sobre esa base, Aston Martin debería tener en la actualidad un valor de 2,500 millones de libras (US$ 3,250 millones). BMW se negocia en un menos opulento 6.8 veces y Daimler AG en 2.4 veces.
Por ahora, la comparación con Ferrari es una exageración para Aston Martin, un fabricante pequeño de automóviles que se encamina a ser rentable. Su rival italiano está diversificado y gana dinero.
Los Ferrari tienen un mejor valor residual que los Aston, si bien la empresa británica está cerrando la brecha. O sea que los inversores serán cautelosos a la hora de comprar en una salida a bolsa de Aston Martin sobre la base de una venta al estilo Ferrari o un múltiplo Ebitda. Querrán pruebas de que la reestructuración ya está completa y que es predecible una rentabilidad en los años venideros.
Para esto es fundamental el auto deportivo DB11, el primero de la nueva generación de vehículos de Aston Martin. Buenas cifras este año aumentarán la confianza en que otros modelos se venderán.
Eso incluye un nuevo vehículo utilitario deportivo de lujo. Si bien se trata de uno de los mercados de automóviles de mayor crecimiento, la empresa apunta a conductores que nunca antes han comprado Aston.
Es evidente qué quiere ser Aston Martin: una marca de lujo capaz de mover más unidades que Ferrari, generando suficiente efectivo como para financiar Investigación y Desarrollo, pero sin comprometer el cachet de la marca.
Pasarán varios años hasta saber si eso es posible. Desde el comienzo merecerá un claro descuento respecto de Ferrari. Esto puede incluso hacer bajar la valoración de Ferrari cuando los inversores tengan un rival adecuado cotizado en bolsa para hacer comparaciones.
Si Aston Martin decide emitir acciones --y el momento oportuno para una venta es sumamente incierto-- resultaría raro que la sede no fuera Londres. Manchester United y ahora Pret A Manger quizá prefieran Nueva York. Pero la identidad británica es parte de la historia de Aston. Si Londres no la agarra, es un verdadero problema.