Frankfurt (Reuters).- El grupo eléctrico alemán E.ON vendió su negocio en España y Portugal al fondo australiano Macquarie por 2,500 millones de euros y anunció la escisión de su negocio tradicional de energía para su posterior salida a la bolsa.
La parte a escindir comprende los negocios de generación convencional de energía, el comercio de global de energía y las áreas de exploración y producción.
Además, E.ON dijo que tendrá que registrar cargos por amortizaciones equivalentes a 4.500 millones de euros, por el deterioro de sus centrales y de su negocio en el sur de Europa.
Tras la segregación del negocio industrial, el grupo E.ON se centrará en la energía renovable, la gestión de las redes eléctricas y de gas natural y la comercialización de energía.
E.ON justificó la decisión en los “cambios dramáticos en los mercados energéticos mundiales, la innovación tecnológica y las expectativas cada vez más diversas de los clientes”.
“El actual amplio modelo de negocio de E.ON ya no puede hacer frente de forma adecuada a los nuevos retos”, dijo el consejero delegado de E.ON, Johannes Teyssen, en una nota de prensa. Unos 20.000 de los 60.000 empleados de E.ON se transferirían a la nueva sociedad que saldrá a cotizar en bolsa, dijo la compañía.
Las divisiones de generación, producción y comercialización representaron el 35 por ciento de los 9.320 millones de euros de beneficio bruto operativo (ebitda) del grupo en 2013, mientras que los negocios regulados y de renovables supusieron el 54 por ciento.
En una primera fase, E.ON traspasará la mayoría del capital de la nueva compañía a sus accionistas, evitando vender acciones nuevas en el mercado con una oferta pública. Así, los inversores de E.ON tendrán acciones en la nueva compañía además de en la matriz.
E.ON, con una deuda neta de 31.000 millones de euros, dijo que vendería su participación minoritaria en la nueva compañía a medio plazo para reforzar su balance.
Con la segregación del negocio de generación eléctrica, E.ON se libra de un sector que ha acusado duramente la decisión de Alemania de impulsar las energías renovables a costa de las centrales de gas, carbón y nucleares.
En los últimos seis años, E.ON se ha dejado en bolsa casi tres cuartas partes de su valor, capitalizando ahora 29.000 millones de euros frente al máximo histórico de más de 100.000 millones en 2008.
Tras una reacción inicial negativa, las acciones de E.ON destacaban en la Bolsa de Fráncfort con una subida superior al 4 por ciento.