(Bloomberg).- En las primeras líneas, los empleados de aerolíneas están cosechando miles de millones de dólares en aumentos de sueldos y beneficios, más los planes de compartir ganancias que significan desembolsos récord en un contexto de ingresos récord.
De casi US$ 81,000, los sueldos promedio de los empleados de aerolíneas el año pasado estuvieron 38% por encima de otros empleos del sector privado de Estados Unidos, según consignó Airlines for America, el sindicato que agrupa a las principales empresas del sector. Los sueldos subieron 29% entre 2010 y 2015, más del doble del promedio nacional.
Sin embargo, esta bonanza no se repartió equitativamente. Si su trabajo es empujar una silla de ruedas por la terminal de United, o controlar tarjetas de embarque de viajeros de un vuelo de Delta , su sueldo, en términos generales, no se vio modificado por el auge de dinero que ingresó en el sector.
“Si realmente queremos hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande, nuestros aeropuertos son un buen lugar para empezar”, dijo Olivia Pac, encargada del transporte de viajeros en silla de ruedas en el aeropuerto O’Hare de Chicago, en alusión al lema de campaña del presidente electo. “Estos trabajos solían ser buenos para mantener a una familia, pero hoy se acercan a los que encuentras en McDonald’s”.
Pac y miles de otros protestaron en varios aeropuertos grandes de Estados Unidos esta semana en una campaña nacional “Pelea por US$ 15” para subir el salario mínimo por hora de los empleados de servicios y para avanzar en los esfuerzos de sindicalización en una serie de campos donde hoy la baja paga es moneda corriente.
Más allá del personal de aeropuertos, las protestas incluyeron a empleados de restaurantes de comida rápida, a conductores de Uber, trabajadores de atención de salud a domicilio y ayudantes de cátedra en universidades.
En los aeropuertos, estos empleos de baja remuneración comprenden a encargados de equipaje, asistentes a cargo de sillas de ruedas, maleteros y personal de limpieza a bordo.
Esos trabajadores llevan a cabo una tarea ostensiblemente de servicio a las aerolíneas, pero son contratados por empresas que, a su vez, son contratadas por las compañías aéreas en licitaciones que suelen favorecer al prestador que ofrece el precio más bajo.
Las aerolíneas toman a contratistas externos porque el arreglo es más eficiente para abordar la carga de trabajo de cada aeropuerto, explicó Vaughn Jennings, vocero de Airlines for America.
Por ejemplo, una firma contratista puede emplear a 100 personas para que se ocupen del equipaje de cinco líneas aéreas en vez de que cada aerolínea contrate a 25 de su propio personal para hacer la tarea, dijo.
“La manera apropiada de abordar el tema de los sueldos es a nivel nacional o estatal, de modo que las escalas salariales se apliquen a todos los trabajadores por igual, sin importar la industria ni la ubicación geográfica”, escribió Jennings en un correo electrónico. Elizabeth Wolf, vocera de Delta Air Lines Inc., que no es parte del grupo, dijo sólo que Delta “apoya los derechos de las personas a hacer oír sus voces de manera respetuosa”.
Y la disparidad de sueldos seguramente se va a ampliar. El jueves, 13,000 pilotos de Delta ratificaron un nuevo contrato que estipula aumentos de 30% en cuatro años. El acuerdo también sube el sueldo a los pilotos de United Continental Holdings Inc , ya que negociaron una cláusula en su propio contrato para alinearse con los sueldos de Delta.
Los trabajos tercerizados de los aeropuertos “representan las fallas de un sistema político y económico que favorece a unos pocos ricos y a las ganancias corporativas a cualquier costo”, dijeron los organizadores de la lucha salarial encabezada por la Unión Internacional de Empleados de Servicios, que dice que 64 millones de estadounidenses ganan menos de US$ 15 la hora, o menos de US$ 2,400 al mes por un trabajo de tiempo completo.