(Bloomberg).- Mientras los empleadores advierten acerca de una inminente escasez de talentos cuando el Reino Unido se separe de la Unión Europea, se promociona como solución una “brickie visa” (visa de albañilería).
El Reino Unido podría sufrir una escasez de trabajadores en industrias como la albañilería y la plomería en el 2019, cuando el país abandone el bloque, informó Migration Watch U.K. este jueves en un informe.
La organización sugirió la creación de una visa anual —prorrogable a un máximo de tres años— como medida provisoria. Los empleadores pagarían un impuesto y demostrarían que realmente trataron de reclutar británicos.
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Las visas “satisfarían una verdadera necesidad durante algunos años, pero con fuertes incentivos financieros para que los empleadores capaciten a trabajadores británicos”, dijo Alp Mehmet, vicepresidente de Migration Watch U.K. “Las capacitaciones fuera del espacio de trabajo se desplomaron desde el 2000. Ahora, los empleadores deben dar la talla”.
A las empresas británicas les está costando más hallar personal idóneo pese a que la tasa de desempleo es la más baja en 12 años y algunos ciudadanos de la UE dudan en aceptar empleos en el país, según The Recruitment and Employment Confederation. Pret A Manger, por ejemplo, afirmó que no lograría contratar suficientes trabajadores si tuviera que emplear exclusivamente ciudadanos británicos.
Pero el ánimo político del país después del referéndum sobre el Brexit señala un abrumador deseo de la opinión pública de restringir todo tipo de inmigración y la primera ministra, Theresa May, está haciendo campaña antes de las elecciones del 8 de junio.
Ella reiteró el compromiso de reducir la inmigración a “decenas de miles” y la ministra del Interior, Amber Rudd, dijo que el Gobierno insistirá en que empresas como Pret A Manger se esfuercen más por reclutar y capacitar a más ciudadanos británicos.