Mariana Rodríguez, Hugo Ñopo, Lea Sulmont y Elías Neira analizan el impacto de la tecnología en la educación, cómo esta herramienta puede ser utilizada en clase y aprovechar las competencias que despiertan en los niños y jóvenes.
Mariana Rodríguez
Presidenta de Laureate Perú
Lo más importante de la era digital es que el conocimiento se ha vuelto un commodities. El smartphone tanto los niños como los jóvenes lo usan para todo, entonces parte de ese cambio, el reto es cómo lo incorporamos a la educación y la convertimos en nuestra aliada.
Esto es parte del cambio de paradigma que proponemos en Cade por la Educación e implica cambiar el rol del maestro para hacerlo un facilitador y un acompañante.
No hay que tenerle miedo a la tecnología, ya que va potenciar al docente y ayudar a acelerar en cerrar estar brechas que nos están distanciado de los países desarrollados. La era digital nos permite acercarnos a la educación del siglo XXI.
Hugo Ñopo
Investigador principal de Grade
La tecnología es un elemento disruptivo que nos asusta, que creemos que va desplazarnos de nuestros empleos.
La verdad, es que el ser humano es mucho más que una máquina y el futuro de convivencia, es importante decirlo, es que la tecnología es la gran promesa para revolucionar la educación.
Hay que entender ese panorama y cuál es el rol de la tecnología. El primer usuario para insertar la tecnología en la educación es el docente, por lo que tenemos que pensar en un maestro capaz de discernir su impacto, por ende la importancia de capacitarlos.
Elías Neira
Director del Colegio San Agustín
No es que la tecnología vaya a suplir al maestro sino que le facilita herramientas para dedicarse a gestionar proyectos de aprendizajes y acompañar a los estudiantes, generando un vínculo a nivel de habilidades socio emocionales.
El cerebro del niño, al estar en un entorno digital, ha cambiado. Incluso la de nosotros, por ejemplo, cuando vemos un vídeo lo cortamos al toque cuando nos aburre.
Esta euforia de Pokemon Go – por ejemplo – podría ser usado a nuestro favor y desarrollar competencias distintas, ante lo cual tenemos que pensar en un mundo flexible y en un cerebro cambiante.
Otro punto importante, es que el Ministerio de Educación, a través de la UGEL, nos proporcione “big data” para tomar decisiones y generar una evaluación continua que nos permitan tomar decisiones sobre la mejora del aprendizaje.
También necesitamos plataformas y soportes que ayuden a las escuelas porque una cosa, es que un profesor navegue por Internet y le tome 5 horas en buscar información de su clase, cuando se pueden generar pequeñas “piscina” de información donde esté más focalizado las herramientas que deba usar.
También es vital mejorar los canales de comunicación con soluciones innovadoras, por ejemplo, en la India se ha generado redes de comunicación bidireccional para tomar decisiones de políticas públicas a través del WhatsApp, para que el maestro sienta que le estamos facilitando su trabajo.
Lea Sulmont
Consultora en educación
Las tecnologías están generando nuevas condiciones. La tecnología ya no es un medio sino una estrategia dado que tiene un componente más relacional, que cambia las perspectivas de como potenciar el rol del docente, hacia nuevos espacios de aprendizaje.
Muchas currículas integran el componente tecnológico, Chile lo tiene desde hace 15 años. Nosotros recién incorporamos la competencia tecnológica para toda la educación básica, hecho que hay que celebrar.
La idea es que el niño desarrolle competencias para personalizar sus entornos, interactuar con las personas, crear contenido y buscar información. Si bien hemos entrado tarde el concepto, está bien enfocado, pero ahora el reto será concretarse.
La tecnología también debería integrase para el manejo administrativo de la matrícula, por ejemplo, no es posible que sigamos haciendo nóminas a mano. Igual pasa por la capacitación docente, ya que si un programa de capacitación emite un certificado digital, la UGEL no la recibe debido a que requiere el sello de la institución.
En síntesis, existen las plataformas pero lo que no existe, es el cambio de chip.