Armando Cavero divide su trayectoria profesional en dos etapas: por un lado, cerca de 20 años trabajando en varias corporaciones multinacionales y, por el otro, su experiencia actual en la búsqueda de ejecutivos.
El hoy socio principal de AIMS International Perú descarta que sea un negado para las nuevas tecnologías y se declara un amante de la equitación y la fotografía.
*¿Cómo definiría su estilo de liderazgo? *
Tengo un rasgo: soy muy paternalista. También me gusta tratar las cosas con mucha simpleza. Seguro es algo que tengo que controlar, pero mi primera tendencia es ser espontáneo, creativo y muy dado a la enseñanza.
¿Esto es importante a la hora de relacionarse con los colaboradores más jóvenes?
Cuando veo a un ‘millennial’ usando la tecnología de una manera inesperada para mí. No lo miro con recelo, sino con curiosidad. Disfruto observando la forma diferente que tienen de hacer las cosas estos nativos digitales.
¿Entonces suele interesarse por las nuevas tecnologías?
Probablemente, yo sea un caso raro porque soy bastante tecnológico, pese a mi edad. Tengo tres correos electrónicos, tres cuentas de Facebook, Twitter y uso Waze.
¿De qué modo gestiona el error en un equipo de trabajo?
Pienso que hay que aprender de los errores, aunque suene a muletilla. Lo que me cuesta pasar por alto es que repitan el mismo error. Creo que no es aceptable.
*¿Ha llegado a ser ‘workaholic’? *
Creo que cuando la situación lo amerita, uno tiene que comportarse como workaholic. Pero serlo no es una virtud. No buscaría un ejecutivo workaholic para un cliente. No lo vería como un plus.
Por el contrario, ¿a qué rasgos sí les daría prioridad?
Buscaría a una persona que se dedique a trabajar para el bienestar de la empresa y de la sociedad. Me gustaría una persona más integral, en lugar de alguien cuya única meta sea trabajar la mayor cantidad de horas posibles, por ejemplo.
*¿Qué actividades realiza en su tiempo libre? *
Principalmente, monto a caballo todos los días desde hace más de 40 años.
¿A modo de competencia?
No, aunque practico la equitación deportiva. Lo que me gusta es entrenar caballos, les enseño a los potrillos a pasar sus primeros palitos hasta que aprendan a saltar. Otra vez, la enseñanza es algo que está detrás.
¿Cómo nació esta afición por la equitación?
Los equitadores somos todos bichos raros. Podemos estar practicando en verano o podemos dejar de ir a una fiesta por entrenar. Hay familias en las cuales no hay vestigio de afición por los caballos, y por ahí les sale un hijo con esa afición.
¿Qué ocurrió en su caso?
Influyó bastante que mi padre tuviera caballos de carrera en el hipódromo de San Felipe. Yo estuve muy cercano a ello, nunca me subí a un caballo de carrera, pero me gustaron mucho y, apenas pude, me dediqué a la equitación.
¿Es a lo que más tiempo le dedica en los momentos en que está fuera de la oficina?
Bueno, mi segundo hobby es la fotografía. Tengo una web con más de 20,000 fotos, 90% de las cuales son de caballos. También hago fotografía de paisaje, de estudio y de retrato. Me gusta también el desnudo artístico sutil, me parece una vena artística muy bella.
¿Cuáles son las metas que desea alcanzar a corto plazo?
Espero que la firma se afiance más. Además, planeo incorporar a un socio. Creo que llegará el momento de buscar a alguien que se integre a trabajar conmigo, aprender del negocio y garantizar la subsistencia de la marca.