Conciliación de la vida profesional y personal, el proyecto de futuro y un plan de carrera son algunos de los factores que determinan la elección de un candidato para un puesto de trabajo. El salario, en contra de lo que muchos pudieran imaginarse, ya no está entre los principales aspectos que los profesionales tienen en cuenta cuando valoran acceder a un nuevo empleo.
Según Eduardo Escobar, director de Page Group Andalucía, “la estabilidad laboral es la primera razón para aceptar un trabajo. Los profesionales españoles, en un 46%, tienden a buscar empresas con solidez financiera y con una posición estable, frente al 33% del resto de europeos”. Tras este motivo, le siguen, según Escobar, “las perspectivas de futuro, las condiciones económicas, el ambiente de trabajo y un desarrollo profesional interesante y creativo”.
Y llegaron los Millennials
Las motivaciones varían según la edad y la experiencia del candidato, amén de su situación laboral particular: no buscará lo mismo un profesional que esté en activo que alguien que se encuentre desempleado. Como tampoco le guiarán las mismas razones para aceptar un puesto a un senior que a un junior, a un veterano que a un veinteañero. Noelia de Lucas, directora comercial de Hays, asegura que los más jóvenes “están más abiertos a probar que los más mayores, mientras que los senior tienen más claro hacia dónde quieren orientarse”.
“Los Millennials” -dice Margarita Álvarez, directora de márketing y comunicación de Adecco- “están cambiando mucho las cosas. Buscan proyectos que enganchen y en donde puedan aportar. También prefieren empresas con las que compartan valores y no piensan tanto a largo plazo, sino por proyectos”.
En su mayoría, los jóvenes son conscientes de que el trabajo para toda la vida tiene los días contados. De ahí que no lleguen a vincularse de la misma manera que los senior con las organizaciones que los contratan y que no crean que la estabilidad laboral sea una razón suficiente para aceptar un empleo. Cristina Soler, talent adquisition coordinator de Experis, apunta, por su parte, que los junior buscan aprender, viajar y conocer otros países, un plan de carrera y un ambiente dinámico. Mientras, para los senior el aspecto económico y la ausencia de riesgos es lo más importante.
Senior ‘versus’ junior
Más allá de las diferencias generacionales, el nivel de responsabilidad influye, asimismo, en las exigencias que marca un candidato. De Lucas cree que “los buenos comerciales que saben que van a aportar negocio y valor añadido a la compañía pondrán más requisitos, al igual que por ejemplo un ingeniero muy especializado, o un profesional informático, porque son perfiles muy cualificados y, por tanto, escasos en el mercado”.
Escobar, por su parte, considera que los mandos intermedios son los que más condiciones imponen. “Los directivos se fijan fundamentalmente en el reto personal, y no tanto en las condiciones de la oferta, mientras los junior son conscientes de que deben ser más flexibles. Los cargos intermedios, en cambio, tienen otras ambiciones”.
Diario Expansión de España
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