Bloomberg.- Mandar al jefe al diablo puede ser una fantasía de muchos empleados, pero para la funcionaria saliente del Banco de Inglaterra Kristin Forbes es un indicio de que todo de que todo está bien en el mercado laboral.
Forbes, que deja el banco central para regresar a la actividad docente en el Massachusetts Institute of Technology, MIT, dice que la cantidad de trabajadores que renuncia es uno de los indicadores que observa con atención para el monitoreo de la confianza y la perspectiva de los salarios.
A pesar de que se registra un bajo desempleo récord, los salarios en el Reino Unido ya están rezagados respecto del aumento de los precios. Con una inflación casi un punto porcentual por encima de la meta y que se pronostica seguirá subiendo, en parte impulsada por una debilidad de la libra, los salarios reales cayeron 0.6% en los tres meses hasta abril, la mayor baja desde agosto del 2014.
Ese es un gran problema en una economía impulsada por el gasto en consumo. El gobernador del BOE, Mark Carney, advirtió a principios de este año que los hogares enfrentan “tiempos difíciles” en el segundo semestre y las ventas al por menor ya están cayendo a medida que los compradores se muestran menos dispuestos a gastar dinero.
Mientras tanto, Forbes dice que observará la situación desde su oficina en el MIT. Forbes abandonará el BOE al expirar su contrato a fin de este mes, luego de sostener sin éxito la necesidad de subir la tasa de interés para contrarrestar la aceleración de la inflación en las tres últimas reuniones de política monetaria.
“Las renuncias son un indicio de la confianza de los trabajadores. Es algo que seguiré observando. Si empiezo a ver que eso cambia, pienso que el crecimiento salarial se acelerará más rápido”, manifestó.