Aunque cueste aceptarlo, algunas veces los profesionales con malas intenciones triunfan en el mundo laboral, generalmente en desmedro del talento de otras personas. No obstante, las investigaciones psicológicas han demostrado que no son las acciones malas por sí mismas las que logran las recompensas sino el efecto que tal comportamiento causa en los otros: colocarle en un pedestal.
En el reciente artículo de Wall Street Journal, llamado ¿Por qué somos sobre confiados? , se cita un estudio que revela las ventajas de la “sobre confianza”. Según la investigación, los compañeros de los profesionales ‘sobre-confiados’ estiman que estas personas merecen respeto y admiración. Asimismo, cumplen un rol importante en la toma de decisiones.
Dicho de otro modo, las personas que se muestran muy confiadas en sus capacidades son percibidas por el resto como parte de un status social más alto.
Otro mal comportamiento
Según la revista Forbes , un estudio similar analiza los efectos de otro comportamiento negativo que algunos utilizan para escalar profesionalmente: la rudeza.
Ser agresivo es considerado un comportamiento negativo por la mayoría; sin embargo, el rechazo a la rudeza puede también ser visto como una seña de poder. Una investigación del Social Psychological and Personality Science señala que cuando una persona se muestra más agresiva, quienes lo observan lo consideran más ‘poderoso’.
Y es que violar las normas de convención social podría ser visto como un indicador de superioridad, aun así los demás rechacen tal comportamiento. Pues, no se admira la rudeza o la maldad, sino la habilidad de estas personas para conseguir sus objetivos.