El fundador de Apple, Steve Jobs, podía ser un verdadero patán al momento de criticar a sus empleados, según un artículo de Business Insider.
Él decía exactamente lo que quería decir, a menudo usando palabras soeces para expresar plenamente su punto de vista.
En una ocasión, Jobs despidió al jefe del equipo que creó MobileMe –el primer intento de Apple por crear un servicio en la nube– durante una reunión frente a todo el personal. Y este solo es uno de muchos ejemplos de Jobs llevando a sus empleados casi hasta las lágrimas.
En un perfil en The New Yorker, Jony Ive –máximo responsable del diseño de hardware y software de Apple y amigo cercano de Jobs– explica cómo una vez le pidió a su exjefe que bajara el tono de sus críticas después de ver a sus colegas claramente destrozados.
Jobs no estuvo de acuerdo.
(Jonathan Ive, jefe de diseño de Apple, explica por qué Jobs trataba mal a los empleados.)
“¿Por qué quieres que sea vago, inexacto?”, Jobs le preguntó a Ive. “¡A ti no te importa cómo ellos se sientan! Estás siendo vanidoso y quieres que ellos te quieran”, agregó.
Ive estuvo de acuerdo con el argumento de Jobs, quien planteaba que los gerentes debían ser siempre claros y dar opiniones sin ambigüedades. No deben preocuparse si les agradan a sus empleados, el solo hecho de considerar esto es una forma de vanidad.
Lo mejor para la empresa es que los gerentes dejen de lado su propio ego, digan exactamente lo que quieren y reaccionen cada vez que un empleado no satisface las expectativas.
Dicho esto, Ive es mucho más calmado cuando critica a sus colegas y afirmó no ser admirador de la biografía de Walter Isaacson sobre Jobs. “Mi apreciación no puede ser más baja”, dijo a The New Yorker.