Plan de prevención para no morir de éxito profesional

Actuar con la humildad justa y persistir incluso ante la crítica puede proporcionarte una carrera brillante. Pero si te acomodas en las bondades de esa bonanza profesional, se puede volver en tu contra.

“Esto no me puede pasar a mi”. Esta frase suele ser el colofón de una carrera de éxito. Aquellos profesionales a los que les ha acompañado la buena estrella durante años se niegan a aceptar que ahora son del montón.

Andrés Fontenla, director general de Fontevalue Consulting, recurre a otro dicho no menos común, “ten cuidado con lo que deseas a ver si lo consigues”, para explicar que “dejarse abducir por una actividad de éxitos profesionales puede hacer que se pierda el equilibrio. Al resentirse la vida familiar y los amigos, también lo hará la faceta laboral, y aquellos éxitos que tanto se anhelan se convierten en más amargos y, en el peor de los casos, dejan de producirse”. Tener los pies en la tierra y no caer en el confort que propicia una trayectoria brillante, es el primer paso para no morir de éxito.

La actitud
Son los ejecutivos de carrera fulgurante los que suelen tener más riesgo. Arancha Ruiz, autora de Qué busca el headhunter (Ed. Conecta), es cazatalentos y ha entrevistado a ejecutivos que la crisis de los últimos años ha dejado en la estacada. Asegura que “no escuchar” es la primera actitud que anticipa que el éxito caduca. “Cuando una persona encadena una serie de éxitos empieza a creer en su infalibilidad, no escucha y se rodea de personas que sólo le halagan y no le cuestionan. Eso, antes o después, se vuelve en su contra”.

Javier Fuentes Merino, CEO de Grupo Venta Proactiva, identifica otro tipo de profesionales muy expuestos a esta dolencia, los comerciales, y los acontecimientos que agravan la situación: “Pensar que todo se sabe y que las ventas pasadas garantizan las futuras. Sólo adaptándose de forma continua se puede permanecer en la brecha. Es el mal del vendedor experto: que su técnica funciona seguro. Rebajar la intensidad, la capacidad de sondeo o estar convencido de que con la técnica aprendida las ventas vienen solas”.

Evitar la tentación
El éxito puede llegar a contaminar más que el fracaso, ya que es el placebo perfecto para ser feliz… por eso es tan sencillo sucumbir a su efectos. Para esquivar la tentación, Ruiz recomienda “buscar constantemente personas que sepan más de uno mismo. Siempre las hay. Y, sobre todo, no perder de vista nunca a la competencia. A veces un directivo piensa que los competidores son a escala corporativa, pero también los hay en el entorno profesional. Estar atento a sus comportamientos te coloca en una situación de alerta y previene la autocomplacencia”. Fuentes explica que en el caso de las ventas es más complicado caer, “porque los resultados se miden de forma continua. La modificación constante de los objetivos y la inclusión de variables nuevas en la venta ayudan a que un vendedor no se despiste”.

A menudo, como explica Fontenla, todo puede ser mucho más simple: “Tener los pies en la tierra ayuda a disfrutar de los logros sin cegarse, así como a sobrellevar los tropiezos sin hundirse”.

La gestión
Humildad, honestidad y cooperación son algunas de las bazas que vienen muy bien para gestionar de manera saludable el éxito. Fontenla recuerda que “la humildad no está reñida con el triunfo, de hecho suelen estar acompañados. La honestidad y el juego limpio da credibilidad al profesional en su recorrido por la empresa, unido a la necesaria cooperación de los equipos. Una parte fundamental del éxito es, sin duda, el liderazgo que integra y se apoya en las personas”.

Sin embargo, conviene actuar con cierta cautela. Ruiz afirma que “si eres demasiado humilde puedes abandonar ante determinadas presiones cuando te dicen que no tienes la razón. Persistir incluso ante la crítica conduce al éxito”. Añade esta cazatalentos que “la autocomplacencia alimenta la persistencia, pero se debe estar atento para que no hunda el proyecto”.

La gestión de las emociones y de la prepotencia de tiempos pasados también puede ayudar a no tropezar dos veces en la misma piedra. Según Fuentes Merino, “alguien que aún habiéndose equivocado en el pasado regresa con humildad, será apoyado por la mayoría de compañeros. La actitud colaborativa con humildad es clave”. Y, si pese a todo, el éxito te ha llevado al banquillo, Fontenla recomienda “tomar conciencia para poder hablar del aprendizaje extraído de los errores, lo cual transmite inteligencia y madurez”.

La adaptación es la única herramienta para sobrevivir en un entorno que no siempre es propicio.

Diario Expansión de España
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)

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