Cerca del 50% del trabajo en América Latina es “informal”, según un estudio de la Universidad Internacional de Valencia (UIV), y el Perú es el segundo país de la región con más empleos irregulares.
Según la investigadora de la UIV, Margarita Trejo, los trabajadores del sector informal en el Perú suman el 64%, lo que significa “casi 20 puntos por encima de la media de Latinoamérica y el Caribe y por detrás de los países de Europa Oriental y Africa del Norte”.
Indicó que el 46.8% del trabajo en la región es “informal”, “lo que supone una empleabilidad ligada a peores condiciones de trabajo, ingresos inferiores y mayor riesgo de caer en la pobreza”.
Colombia es el peor país en este sentido, con un 68% de trabajadores en situación ilegal.
El 71% de los jóvenes colombianos gana menos que el salario mínimo interprofesional y solo tres de cada diez goza de “una relativa protección social”.
Trejo ha vinculado este fenómeno con la fuga empresarial. “El mercado laboral se fragmenta a medida que aumenta el intercambio comercial y las deslocalizaciones, produciéndose desigualdades en el acceso al empleo”, explicó.
Agregó que “un tercio del comercio mundial se desenvuelve en el seno de firmas multinacionales que desplazan sus procesos de producción según las ventajas comparativas de cargas fiscales y costes salariales que consiguen en un mundo sin fronteras”.
Otra de las consecuencias es la falta de representación sindical y según Trejo solo en 45 de las 1,200 maquilas o zonas francas de exportación de Centroamérica funciona algún tipo de sindicato.
La migración empresarial, de acuerdo con Trejo, también favorece “el trabajo forzoso, ejecutado bajo amenaza o coacción, incluso en los países ricos”. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) cifra en 12.3 los millones de personas que sufren esta situación laboral.