Al tomar una decisión importante como renunciar a un empleo para emprender un negocio propio, es indispensable construir las bases necesarias para garantizar una transición satisfactoria. Las dudas son parte del proceso, la clave está en resolver las principales, de acuerdo a Expansión.com.
¿Sabe de verdad lo que está haciendo?
No se empeñe en aquello para lo que claramente no está dotado. Antes de iniciar un nuevo negocio, conozca sus capacidades, habilidades y destrezas, todas ellas deben estar alineadas con los objetivos a perseguir. No se involucre en un negocio que no le interese realmente o sobre el cual no conoce lo suficiente.
No cometa el error de iniciar un proyecto solo para descubrir de qué se trata, cuando no se encuentra apto para afrontar situaciones básicas.
¿Va al lugar adecuado?
Si todo lo que ha hecho hasta ahora lo ha conducido a cambiar de trabajo, la empresa que aborrece por el puesto ideal, o la compañía en la que siempre ha soñado trabajar, analice si la nueva actividad en la que piensa le permitirá ser realmente su propio jefe.
¿Sabe realmente quién es?
Conozca sus fortalezas y debilidades, trate de argumentar si dentro de su propio negocio podrá explotar todas sus habilidades. Está claro que será quien manda en la nueva start-up, pero tenga en cuenta que no es necesario que sea mejor que todos aquellos que lo acompañarán en su aventura.
¿Soportará el nuevo ritmo?
Analice su capacidad de adaptar su modelo de trabajo -propio de una organización tradicional- a las características de una mentalidad start-up. Es decir, expectativas claras, aceptación del error, gusto por lo desconocido, transparencia, etc.
¿Inspira credibilidad?
Como creador de empresas, debe inspirar credibilidad y confianza a los inversores, quienes podrían invertir en su proyecto. La misma imagen debe proyectar hacia otras personas, como empleados y clientes.
¿Conseguirá solucionar problemas?
Debe estar seguro de que existe una necesidad que usted puede satisfacer de manera particular, mediante la incorporación de una ventaja diferencial en su producto o servicio.
¿Ha calculado bien su mercado?
El proyecto en el que se fija el inversor ha de implicar un gran potencial de crecimiento, debe estar en condiciones de competir en un segmento grande, y en tres o cinco años debería multiplicarse por diez.
¿Ha pensado con quién va a trabajar?
Quizá esté demasiado ocupado con la idea, la forma de ejecutarla o conseguir dinero. Pero debe preguntarse si será capaz de reunir a un buen equipo de trabajo. Del capital humano depende el éxito del negocio.