Un grupo de investigadores asegura haber encontrado un sistema para que los trabajadores dejen de perder el tiempo navegando por Facebook o viendo vídeos de gatitos. Según un estudio de la Universidad de Nevada, las distracciones en Internet cuestan a los negocios estadounidenses un total de US$ 85,000 millones de dólares al año. Además de perjudicar a la productividad, consumen ancho de banda y provocan que el sistema informático de la compañía quede expuesto a los virus. En una encuesta realizada por la Universidad Estatal de Kansas, los empleados reconocieron que estos entretenimientos suponen entre el 60% y el 80% del tiempo que pasan conectados en el trabajo.
Para mantener a la gente ocupada, los empresarios pueden bloquear las páginas que suponen una distracción. Pero muchas de ellas, como las redes sociales, pueden ser útiles para el trabajo. Por otro lado, la plantilla también puede hallar formas de sortear estos obstáculos.
Jeremy Glassman y su equipo de investigadores de la Universidad estatal de Arizona han diseñado un software para combatir este problema. Al ser instalado en el ordenador, este sistema divide Internet en páginas que los empleados pueden visitar siempre, nunca o sólo durante un tiempo determinado. Además, lanza alertas a la pantalla para avisarles de que están visitando sitios que probablemente no estén relacionados con el trabajo. El programa ya ha sido testado en una compañía agrícola donde, según Glassman, obtuvo buenos resultados.
El sistema bloqueaba las páginas que consumían mucho ancho de banda -por ejemplo, las de vídeo- y aquellas que podrían provocar problemas legales, como las de pornografía. En aquellos sitios que pueden ser necesarios para el trabajo, pero que muchas veces se utilizan para cuestiones personales -redes sociales o agencias de viajes- lanzaba un mensaje de advertencia. Las web que estaban plenamente aprobadas eran aquellas que sí tenían una utilidad laboral, como las de publicaciones comerciales, la intranet de la compañía o los portales de negocios.
Como máximo, los empleados podían estar en una de las páginas de ocio durante diez minutos seguidos. Cuando superaban los 90 minutos al día, quedaban totalmente bloqueados y tenían que explicar a sus superiores por qué necesitaban estar tanto tiempo en estos sitios. “Esto les recordaba la importancia de hacer un uso responsable de Internet cuando están en su puesto de trabajo”, asegura Glassman. “Al tener esta interacción, es más probable que sean responsables y utilicen la Red para cuestiones relacionadas con su desempeño profesional”, añade.
Por último, Glassman recomienda a aquellas empresas que quieren adoptar medidas similares que tengan en cuenta la opinión de la plantilla antes de tomar una resolución. “De esta forma, se consigue que se sientan más implicados y partícipes de la decisión, en lugar de tener que limitarse a obedecer una orden”, concluye.
Diario Expansión de España
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