(Bloomberg) Con una creciente cantidad de investigaciones que indican que una oficina que permite perros ocasiona un impacto real en el bienestar y la productividad de los empleados, no es una sorpresa que más compañías le estén dando una bienvenida a estos amigos peludos al trabajo.
Primero, un poco de contexto. En el quizás más famoso estudio sobre perros en el trabajo, investigadores del Centro de Interacción Humana-Animal de la Virginia Commonwealth University hallaron que tener perros en la oficina producía una serie de beneficios para tanto los dueños de las mascotas como para sus colegas sin éstas.
El estudio, publicado en una edición del 2012 del International Journal of Workplace Health Management, examinó el caso de Replacements, una compañía de servicios de manufactura en Greensboro, Carolina del Norte, donde varias decenas de perros están presentes en un día típico. El estudio reveló que los trabajadores que llevaron sus perros al trabajo experimentaron niveles de estrés significativamente más bajos durante la jornada laboral y que gran parte de los trabajadores sin mascotas también catalogaron la presencia de los perros como algo positivo en su productividad.
El estudio de la VCU también apoya la idea de que los perros podrían ayudar a inspirar conceptos de moda como colisión y cooperación. “Cuando hubo perros en la oficina, hallamos que las personas que normalmente no conversarían lo hacían y que espontáneamente surgía una conexión y un sentimiento de pertenencia a un equipo”, dijo Randolph Barker, Ph.D., profesor de administración de la Escuela de Negocios de la VCU y uno de los autores del estudio. “Los perros se transforman en un catalizador social”.
Más estudios apoyan la noción de que las mascotas son calmantes naturales del estrés.
“Los animales reducen la actividad en el eje hipotalámico pituitario adrenal, que es nuestro sistema primario de respuesta al estrés”, dijo Evan MacLean, Ph.D., un profesor asistente de antropología de la Universidad de Arizona que estudia la relación entre humanos y perros. “El estrés puede tener una gran variedad de efectos negativos en la cognición, el estado de ánimo y y nuestras interacciones interpersonales. Mantener este sistema bajo control es crucial para mantenernos en la mejor forma para ser creativos, interactivos y productivos”.
Por supuesto, una oficina en donde nuestros compañeros caninos corrieran libres también sería muy poco productiva. Barker dice que las organizaciones deben manejar la presencia de las mascotas de forma eficiente. Esto significa hablar con los empleados antes de que los perros sean introducidos en la oficina y acomodar a aquellos que puedan sufrir de alergias o fobias.
Tener un lugar cómodo para los mismo perros mientras no están con sus dueños durante el horario de trabajo es probablemente un buen primer paso para mitigar cualquier posible problema. La compañía de colchones Casper acaba de lanzar su primera cama para perros, hecha de una espuma que según la compañía dura más que una típica cama para perros rellena con fibra y al mismo tiempo les proporciona una superficie más firme para acurrucarse. (La versión para perros grande podría incluso tener una doble función para los humanos que busquen tomar una siesta rápida acurrucados debajo de sus escritorios).
Otorgarle a los empleados la habilidad de llevar sus mascotas al trabajo podría también servir como una inversión de bajo costo en bienestar o una carnada efectiva de reclutamiento, dice Barker. Y si se confía en esta investigación, las ventajas de una oficina con sus puertas abiertas a los perros podría hacer valer la pena el darle un espacio a nuestros amigos cuadrúpedos.