Actúa como si hubiese estado en todas partes y experimentado todo. Si hay un problema, él tiene la solución; y si hay una pregunta, la respuesta. No está abierto a nuevas ideas, jamás lo oyó pronunciar la frase “ no sé” y, es tiempo de admitirlo, el sujeto ya ha sobrepasado el generoso límite de su paciencia.
La mayoría de los empleados se encuentran con al menos un compañero ‘sabelotodo’ en algún momento.
Si hoy sufre la agonía de tener que escuchar prolongadas intervenciones sin sentido en las reuniones de equipo sin ser escuchado ni una sola oportunidad, no todo está perdido. Existen métodos, que según Forbes, podría emplear para poner en su lugar a este personaje.
La estrategia
El primer paso será contar con el arma y esta, para su buena suerte, será la información. Cuando exponga una idea, compruebe sus fuentes y verifique los hechos. Cuanto más consistente sea, menores las posibilidades para el ‘sabelotodo’ de intervenir y comandar la situación.
Si no logró bloquearlo, entonces recurra a un plan B sin lugar a pérdida: hágale preguntas. “¿Por qué crees esto? ¿Cuáles son tus fuentes?”. Sea específico, eso le enseñará a su compañero que necesita ordenar sus ideas antes de interrumpir y decirlas en voz alta.
Algo que no deberá olvidar es que hoy las guerras las ganan los creativos, así que mantener el sentido del humor le evitará situaciones incómodas. Los ‘sabelotodo’ siempre están a la defensiva y a veces se tornan agresivos. No los ponga en un cuadrilátero; por el contrario, sonríales, no lo esperan.
Reducir la influencia de alguien que cree tener siempre la razón es una batalla ardua, pero nunca inconquistable. Si su esfuerzo no da resultado, empieza a impacientarse y cree que es momento de conversar con su jefe, piénselo dos veces. Hágalo solo si siente que el comportamiento de su insoportable colega de verdad afecta su éxito laboral.
Las claves
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1. Sea sincero. Asúmalo, quizá su fastidioso colega no tiene idea del efecto que causa en los demás. Es posible que si lo enfrenta cara a cara y se lo dice de una manera educada, este encuentre la manera de revertir el daño que ha causado.
2. Elija sus batallas. No responda cada vez que el ‘sabelotodo’ quiera empezar a dictar una cátedra. Si le parece que su intervención está de más, confíe en su instinto e ignórelo.
3. Sea empático. Quizá la conducta de su colega tiene que ver con un problema personal mucho mayor.
En corto
Para reconocer a este molesto colega
Perfil macabro. No es difícil reconocer a un ‘sabelotodo’. Un compañero con tendencia a monopolizar las conversaciones y restarle importancia a lo que los demás dicen, debería ponerlo en alerta. Si, ya en la oficina, el personaje tomó decisiones apresuradas basadas solo en su instinto, debe saber que, en efecto, este es su caso.