El hombre más rico de los Estados Unidos, según el ranking que Forbes elaboró en el 2013, ha contado las tres cosas que logró aprender del gurú de las inversiones:
No solo se trata de invertir.
El cofundador de Microsoft asegura que el reconocido empresario estadounidense no centra su análisis en la sola inversión. El ‘secreto’ de Buffett es que, antes de tomar una decisión, observa una empresa como si le perteneciera, evaluando todos los detalles posibles. Él está convencido de que “el accionista tiene que actuar como si tuviera la totalidad del negocio, mirando el flujo de beneficios futuros para decidir lo que vale.” Es la curiosidad lo que mueve los actos del magnate.
Ante todo franqueza.
Gates afirma que Buffett es un líder franco, honesto y no duda en ponerle una dosis humor a la carta anual que dirige a sus accionistas. Este inversionista cree que la ‘conexión’ es útil para ambas partes, ya que abre la puerta para reflexionar sobre conclusiones y expectativas.
Warren, destaca Bill Gates, “ha estado dispuesto a hablar con franqueza y criticar cosas sobre acciones y derivados financieros. No tiene miedo a tomar partido, como en su postura de aumentar los impuestos a los ricos, que van en contra de su propio interés”.
El valor del tiempo.
Conocido en las finanzas como “el oráculo de Omaha”, el inversor ha aprendido que lo único que no se puede comprar es el tiempo, por lo que hay que aprovecharlo al máximo y una clave, en ese sentido, es no dar paso a reuniones inútiles. En lugar de eso, Buffett, apunta Gates, está dispuesto a brindarle su tiempo a la gente en quien confia, sobre todo, a sus asesores cercanos.