A las grandes empresas les seduce el universo 'start up'

Las corporaciones ya apuestan por los emprendedores. A cambio, consiguen innovación y mejorar su imagen de marca. Aquí un recuento de los casos más exitosos.

Foto: huffingtonpost.com
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Inversión privada, creatividad, espacios para la innovación, formación y ahora las grandes corporaciones.

El escenario ‘start up’ español tiene todo lo que se necesita para convertirse en uno de los referentes a nivel global. Aunque aún queda camino por recorrer, una de las patas que faltaban para completar este puzle (las grandes empresas) ya apuesta por los emprendedores.

Eran todos los que estaban, pero no estaban todos los que eran. El ecosistema emprendedor español andaba cojo. Había crecido muy rápido en pocos años para ponerse a la par de otros escenarios más maduros como Londres o Israel, pero no disponía de todos los miembros necesarios. Faltaba una de las patas más importantes: el corporativo.

Ahora, las grandes compañías españolas han confirmado todo lo que pueden hacer los innovadores y, aún más, todo el negocio que les pueden arrebatar y/o reportar. Además, conocen perfectamente sus límites.

Saben que sus estructuras, grandes y lentas, y con una burocracia interna que frena casi cualquier proyecto, no son las indicadas para la creatividad y la puesta en marcha de nuevas ideas. Por eso, han decidido acercarse al ecosistema start up y tender una mano a los emprendedores para, de paso, también salir ganando. Un win win en toda regla.

Una de las primeras en darse cuenta del potencial que supone ser parte del engranaje de la maquinaria emprendedora es Telefónica que, a través de Wayra y Open Future está apoyando a los emprendedores desde hace años.

“Wayra es una red de aceleradoras con presencia en 10 países. A través de esta iniciativa se seleccionan las mejores start up tecnológicas en cada país y se acompañan durante 10 meses.

Se les ofrece inversión a cambio de una participación futura en la firma, oportunidades de negocio, visibilidad y networking, entre otros aspectos”, explica Ana Segurado, directora global de Telefónica Open Future, quien admite que “las grandes empresas jugamos un papel muy importante, porque podemos ofrecer oportunidades de negocio y comerciales -que es un factor vital para estas compañías emergentes-, amén de coaching y mentoring”.

A cambio, los grandes corporaciones consiguen innovación y mejorar su imagen de marca.

“En algunos casos es un tema de responsabilidad social corporativa (RSC), en otros se trata de protegerse frente a la competencia (Amex invirtiendo en Square, por ejemplo), y a veces se trata de una forma de aumentar el ancho de banda innovador de la empresa”, asegura Alex Barrera, cofundador de Venture Watch.

De cualquier forma, que las grandes empresas estén adquiriendo peso específico en el mundo emprendedor es una buena noticia, “porque con los mercados financieros tan volátiles y las pocas salidas a bolsa, las corporaciones son en la actualidad la principal fuente de adquisiciones de start up. A su vez, estas empresas emergentes proporcionan sangre nueva y una muy necesitada innovación. Son dos piezas simbióticas del ecosistema”, sentencia el cofundador de Venture Watch.

Acelerar

A Wayra le han seguido otras muchas iniciativas dirigidas a apoyar al mundo emprendedor y, de paso, aprovechar esas ideas para mejorar su posición en el mercado.

Una de las últimas en ponerse en marcha ha sido Seat Acelerator que, de la mano de Conector, aceleradora de start up, impulsará cinco empresas emergentes en su primer programa ofreciéndoles un espacio físico en el que trabajar y acceso a ayudas de las empresas colaboradoras y a formación.

“La aceleradora es el elemento que conecta a grandes compañías y start up”, describe Carlos Blanco, socio fundador de Conector, quien lamenta que vayamos unos pasos por detrás de otros mercados “en los que el corporate lleva tiempo trabajando en sus ecosistemas emprendedores.

Además y en cierto modo, el papel de las grandes empresas también facilita que haya exits”, explica. Para muestra, Accenture que esta semana compraba Tecnilógica, una start up madrileña con 78 empleados y una facturación de 4,1 millones de euros.

Otro de los aspectos que aún se necesitan en el panorama emprendedor español son los fondos corporativos. Aunque haberlos haylos, como Telefónica Ventures, que lleva en pie desde 2006 – “al principio lo gestionábamos desde Silicon Valley, pero a partir de 2014 la gestión la trasladamos a Madrid”, indica Segurado -, todavía queda camino por recorrer en este sentido.

De momento, y tal y como indica Alex Barrera, “en España existen varios y muy diversos, desde los brazos inversores de BBVA Ventures o Innoventures del grupo Santander hasta Amadeus Ventures o Amerigo de Telefónica, por nombrar algunos”.

Precisamente, éste último es un vehículo en el que la operadora participa como inversor para apoyar proyectos no necesariamente de nicho, estratégicos para su negocio. Algunas de las start up invertidas a través de Amerigo son JobandTalent y CartoDB, dos empresas emergentes de origen español que han conquistado a inversores internacionales y están valoradas en millones de euros.

Luis Casals, socio de M&A de Baker&McKenzie, recuerda, sin embargo, que muchas compañías invierten en nuevas empresas a través de sus fundaciones, como Repsol, por ejemplo.

“Son pocas las corporaciones que inyectan capital de manera directa, pues es una inversión importante y muchas veces no implica retorno. Además, cuando la empresa quiere invertir en proyectos que sí tienen que ver con el core de su negocio o los monta ella, lo que por otro lado come recursos, o colabora con aceleradoras, pues de esta manera no tiene por qué aportar el 100% de la inversión y tiene una opción de recompra del proyecto al cabo de un plazo fijado”.

“El principal reto para muchas compañías es cómo integrar las dos culturas”, señala Barrera, quien cree que, “por un lado está la filosofía tradicional y aversa al riesgo, y por el otro la rapidez y la incertidumbre del mundo start up. Creo que muchas corporaciones deberían poner en marcha programas que permitan que las dos culturas coexistan y habiliten la creación de procesos integradores para ambos lados. Cosas como Hacker-in-residence, retos como el Pepsico10 o hackatones mixtos son algunos ejemplos”.

Qué queda por hacer

Que el mundo corporativo haya enseñado la patita al universo start up no nos equipara, ni de lejos, con otros ecosistemas más maduros como el de Tel Aviv, por poner un ejemplo. Aún queda mucho por hacer.

El cofundador de Venture Watch opina que “a España le faltan unos años para madurar. Principalmente quedan grandes exits o adquisiciones. Las grandes empresas en nuestro país, y en Europa en general, todavía no han entendido que no pueden invertir y competir en el mercado actual.

En Estados Unidos esto se ha asimilado hace ya un tiempo y es una de las razones por las que éste es el principal país que adquiere start up del Viejo Continente (véase el caso de Ticketbits).

Además, creo que es importante aumentar la base de la pirámide de las empresas emergentes españolas, ya que estamos lejos de las cifras que manejan otros ecosistemas. Cuanto mayor sea esa base, mayores serán las probabilidades de que se creen grandes compañías que generen empleo, riqueza y reinversión en el escenario emprendedor”.

Diario Expansión de España
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)

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