Esta nueva forma de trabajar busca reducir el riesgo al fracaso, diferenciarse de la competencia, fortalecer la rentabilidad, mejorar el clima laboral, fidelizar clientes, generar ahorros de costos, crear nuevas líneas de negocios, productos y servicios.
Recientemente se dio a conocer un estudio realizado por Global Innovation Index que el Perú ocupa el puesto 71 de 143 países en temas de innovación pero ¿qué herramientas existen para potenciar la innovación?
En ese contexto es que aparece el Design Thinking, una herramienta que potencia la innovación pero de la cual no todos saben exactamente lo que es, así como su metodología de trabajo y los beneficios que otorga a las empresas.
“Esta metodología es una de las más eficaces para fomentar el emprendimiento y la innovación”, explicó Giancarlo Falconi, docente del curso de Innovación y Design Thinking de la Universidad de Piura.
Agregó que esta es una herramienta que combina la creatividad con el análisis para identificar, explorar y diseñar soluciones innovadoras a problemas de clientes o de organizaciones.
“Las empresas o emprendimientos que implementan estas metodologías estarán siempre al frente del mercado, se diferenciarán de la competencia, desarrollarán un producto o negocio en el momento exacto reduciendo su riesgo de fracaso ya que se ajusta desde su concepción en las necesidades de sus clientes”, puntualizó.
Sin embargo, indicó que cuando las empresas no utilizan la metodología muchas veces pasa que compran soluciones tecnológicas o tratan de implementar productos y servicios que han tenido éxito en otros mercados con la seguridad de que a ellos también les resultará.
“Lamentablemente su enfoque es equivocado, ya que parten de la solución y no de la necesidad o problema real del cliente. Invierten, pero fracasan inmediatamente o agonizan en productos o servicios ‘zoombie’”, advirtió.
Para evitar esos problemas, esta herramienta del Design Thinking hace que primero conozcas desde el primer momento las necesidades de tu cliente para luego, en base a ello, empezar a construir la solución y no imponerla. Finalmente se trata de orientar el negocio y la estrategia a las necesidades de estos usuarios.
“El proceso está compuesto de cinco etapas, las cuales son empatizar, definir, prototipar, testear e idear. Este proceso busca afinar e iterar la solución al problema o necesidad del cliente con el usuario, reduciendo el riesgo al fracaso y encontrando propuestas innovadoras”, explicó Falconi.
Finalmente, precisó que en el Perú se ha comenzado a implementar el Design Thinking desde hace cuatro años, pero en el mundo se conoce hace ocho años, y son pocas las empresas que están desarrollando esta metodología a pesar de los grandes beneficios que les otorgan.