A veces, tiene que rechazar una invitación a una reunión. ¿Cómo puede hacerlo con tacto?

Es importante andarse con cuidado. Le conviene que su compañero de trabajo se quede con la impresión de que usted es bueno para trabajar en equipo y que es un colaborador positivo, incluso si no asiste a su reunión. A continuación, algunas opciones:

Frene la reunión completamente. Diga:
“Es un tópico interesante. Con base en nuestras prioridades para este año, no estoy seguro de que estemos listos para una conversación productiva. ¿Sería posible retrasar esta reunión y dejar que el grupo de trabajo avance un poco más antes de volvernos a reunir?”. –

Recomiende a alguien más. Diga:
“Dado que es una reunión para tomar decisiones, pienso que es más apropiado que mi gerente represente a nuestro equipo”. –

Colabore con antelación. Diga:
“Va a ser una discusión importante. No voy a poder asistir, pero voy a hacer tiempo para compartir mis ideas con antelación para que las puedan incluir en la discusión”. –

Asista a parte de la reunión. Diga:
“¿Sería posible cubrir la discusión sobre el cambio de comercialización de marca en el primer punto de la agenda? No puedo quedarme toda la reunión, pero verdaderamente me gustaría aportar a esa conversación”.

Independientemente de qué opción escoja, intente hacer tres cosas: demostrar que es consciente del tiempo; compartir su lógica para que el organizador de la reunión tenga cierto contexto sobre por qué no va a participar, y hacer el esfuerzo para cubrir las necesidades del organizador, incluso cuando no sea la forma en que lo había imaginado. Recuerde mostrarle la misma cortesía a la gente que rechaza sus propias invitaciones a reuniones.

(Liane Davey es cofundadora de 3COze Inc.)